Qué está pasando con la desaladora de Rambla Morales (ahora Mar de Alborán)

La desaladora de Rambla Morales, conocida ahora como Mar de Alborán, cuya plan era que se activara a partir del pasado verano, sigue sin dar servicio a los regantes. Distintos problemas administrativos ralentizan su puesta en marcha. 

Tanto las obras internas de rehabilitación de la planta y la red de distribución a través de 170 kilómetros y seis balsas han avanzado a un alto nivel de ejecución.

Se trata de una instalación que contará con una zona de influencia de 3.500 hectáreas de regadío y que podrá llegar a repartir hasta veinte hectómetros anuales en varios bastidores. Aqualia es quien tiene concesionada la gestión por parte de la Junta de Andalucía y contempla una inversión de rehabilitación de cien millones de euros.

Sin embargo, el parlamentario autonómico por el PSOE de Almería, Mateo Hernández, ha pedido agilidad al Gobierno andaluz del PP en las tramitaciones pendientes para construir la desaladora Mar de Alborán en la capital y que bonifique el precio del agua a los agricultores una vez se ponga en marcha, por lo que ha animado al Ejecutivo de Juanma Moreno a cerrar acuerdos ya con los agricultores que utilicen el agua de la futura desaladora. Los trámites que aún no ha resuelto la administración andaluza afectan al suministro energético de la planta, a los pozos de captación, al emisario de la salmuera y a las concesiones; gestiones “que llevan años en los despachos de la Junta”.

El diputado autonómico socialista ha mostrado su sorpresa porque el Gobierno del PP no se haya volcado en la puesta en marcha de Mar de Alborán mientras que se plantea traer agua en barco desde la desaladora de Cartagena e introducirla por el Puerto de Carboneras, una operación de “elevado coste económico”.

Hernández entiende que la situación de sequía requiere de una ágil respuesta por parte de la administración que preside Juanma Moreno y ha insistido en la necesidad de que concluya ya los trámites para poner en marcha la desaladora Mar de Alborán, así como  alcanzar acuerdos con los regantes del Campo de Níjar y bonificar el agua desalada, como actualmente hace el Gobierno de España en las plantas de su titularidad; una medida que repercute en beneficio de unos 20.000 usuarios.