Una empresa granadina llega y compra Almerimatik

La célebre Almerimatik, el Ripalda de la informática durante décadas en Almería (casi media ciudad aprendió a programar con Almerimatik), ha sido adquirida al 100% por la empresa granadina Trevenque a los 43 años de su constitución.  Trevenque, presidida por Buenaventura Porcel, pone así una pica en el pujante mercado tecnológico  almeriense desde su sede granadina, complementando así su presencia en Málaga, Valladolid y México. 

Almerimatik cuenta con una cartera de clientes y relaciones empresariales en las que Trevenque podrá apoyarse para expandir su influencia tecnológico en distintos sectores empresariales almerienses como el agrícola, turístico y las administraciones públicas.

Almerimatik, además de conocimientos y sistemas de seguridad y gestión, cede a su nuevo dueño productos específicos como el software de la policía local y cuenta con sedes estratégicas, tres de ellas situadas cerca de la Plaza de Barcelona. 

Almerimatik fue fundada en 1981 por Javier de Linaza, Fernando Trigueros y el fallecido Alfredo Ruiz, el primero y el último procedentes de Portugalete, en la comarca del gran Bilbao. Empezaron trabajando para Computer Technology Inc, una academia de informática, la primera que se montó en Almería en el edificio Remasa del Paseo, en la época del lenguaje basic, hasta que montaron su propia empresa en la calle Dolores Rodríguez Sopeña. La clientela empezaba a intuir que la informática tendría mucha  importancia en una sociedad aún de máquinas de escribir y calculadoras de bolsillo. 

La banca tenía aún máquinas contables de ficha y banda magnética, hasta que la Caja Rural empezó a montar los primeros ordenadores en 1982. 

El Ayuntamiento tenía entonces un solo ordenador antediluviano y a la Diputación aún no habían llegado.

Fueron pioneros grupos comercializadores como CASI y Agrupaejido. En 1983, IBM consiguió hacer máquinas abiertas y Almerimatik empezó a vislumbrar la posibilidad de hacer programas y vender máquinas, así pudieron abrir los tres socios la tienda de la calle Maestro Padilla, haciéndose distribuidores del PC de IBM, cuando la ley del IVA hizo que muchas empresas invirtieran en informática. Almerimatik separó entonces la formación, que se llevó a Gregorio Marañón, la comercialización en Maestro Padilla y el taller, en Artés de Arcos.