Castril y el Almanzora: dos no se pelean si uno no quiere

Los regantes almerienses quitan hierro a la denuncia presentada por el ayuntamiento granadino

Embalse del Negratín, en el Guadiana Menor.
Embalse del Negratín, en el Guadiana Menor. La Voz
Manuel León
10:04 • 06 sept. 2024

Con los papeles en la mano, los regantes del Almanzora tienen todo en regla para utilizar 15 hectómetros de agua del Negratín, al contrario de la denuncia formulada por el Ayuntamiento granadino de Castril ante el secretario de Medio Ambiente, Hugo Morán, por la “activación ilegal” de este trasvase del Guadiana Menor a tierras almerienses desde el pasado junio. 



La realidad, como esgrime la sociedad Aguas del Almanzora es bien distintas: La Comisión de Desembalse de la cuenca del Guadalquivir acordó el pasado día 24 de abril las dotaciones para la presente campaña de riegos dotando a los arrozales sevillanos con un volumen máximo de 264 hectómetros. De ellos, 15 hectómetros son los que están llegando desde hace tres meses a Almería a través de las conducciones del pantano del Negratín, en la provincia de Granada.



Se trata de una cesión de derechos de agua amparada por la legalidad vigente a cambio de no cultivar en los arrozales sevillanos por parte de la sociedad Aguas del Almanzora, propietaria de 1.500 hectáreas. También han comprado derechos a otras comunidades  y a la propiedad comunidad de regantes de Jabalcón, próxima a Castril, que es núcleo de donde parte la denuncia.



Los regantes del Almanzora consideran que esta denuncia obedece a razones políticas y a la presión infundada de grupos ecologistas. De hecho, argumentan que en Castril tienen un caudal de agua embalsada en su pantano de al menos el 60%. Los 15 hectómetros de marras están ya casi gastados y lo que verdaderamente preocupa ahora a los regantes del Almanzora y el Levante es que no llueva este otoño y que la desaladora de Villaricos siga sin ver finalizada su reparación después de 12 años.



La sociedad Aguas del Almanzora se hizo con este caudal como permuta por dejar de utilizar el agua para sembrar arroz en las 1.500 hectáreas que compraron hace más de una década a la familia Hernández Barrera por 40 millones de euros. Solo tienen la obligación de plantar un mínimo de 60 hectáreas.



Este agua ha sido como un alivio de luto para el Almanzora, hasta que el embalse del Negratín no recupere los 210 hectómetros mínimos para poder reactivar el Trasvase de 50 hectómetros anuales. Al Almanzora ha llegado también agua de regadío del Trasvase del Tajo tras la recuperación del caudal ecológico. Sobre este agua proveniente de los embalses de Entrepeñas y Buendía tienen derecho los regantes de El Saltador, Cuevas del Almanzora, Vera, Pulpí, Bajo Almanzora, Sierra Enmedio y Los Guiraos hasta un máximo agregado de 15 hectómetros anuales. En total, del agua de las marismas sevillanas se beneficiarán 17 comunidades de regantes que forman parte de la sociedad Aguas del Almanzora que aglutina a unos 10.000 regantes en un área de influencia de 24.000 hectáreas. El objetivo de la sociedad levantina almeriense es  cultivar esos arrozales siempre que disponga de agua en su propia cuenca para los cultivos almerienses, principalmente de hoja verde.



Desde que realizaron la inversión en compra de tierras en el Guadalquivir, los regantes almerienses han llegado a producir algunas campañas hasta 13 millones de kilos de arroz, vendidos, en algunas ocasiones, a la firma Ebro Puleva, a través de la firma Herba.



El arroz producido por Aguas del Almanzora se prepara en una fábrica de San Juan de Aznalfarache y se envasa posteriormente con el logotipo de marcas como Brillante, SOS, La fallera o La Cigala. Las tierra de Aguas del Almanzora en la cuenca del Guadalquivir sevillana, están en de Utrera, Coria del Río y Cabezas de San Juan. La adquisición de los arrozales sevillanos en 2006 supuso para los regantes almerienses una inversión de 40 millones de euros con el respaldo financiero de Cajamar y Unicaja.


Veinte años de la obra privada más rentable

El Trasvase del Negratín al Almanzora, una faraónica construcción que cumple ahora 20 años, ha sido la obra privada más rentable para el Estado en la historia de la provincia. Grosso modo, desde la llegada de las primeras aguas del Guadiana Menor, se han consumido  casi mil millones de metros cúbicos. Teniendo en cuenta que un jornal en el campo se sufraga con 10 metros cúbicos, se han generado en este tiempo casi 100 millones de jornales.




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