El invernadero, la principal energía cinética que mueve la economía almeriense, extiende cada vez más su manto transparente por la superficie provincial.
Del epicentro del Poniente hace ya muchos años que se propagó a la Vega capitalina y al Campo de Níjar.
Ahora da un paso más y puede empezar a colonizar algunas zonas de Tabernas, a 30 kilómetros de la capital, aunque con matices: ante las peticiones de montaje de instalaciones bajo plástico, el Ayuntamiento se ha visto en la obligación de aprobar una ordenanza que regula esta actividad que hasta entonces carecía de normativa en el municipio. La nueva norma se ha aprobado ya y ha entrado en vigor sin recibirse ninguna reclamación en el plazo reglamentario de exposición pública.
Hay una salvedad: prohibe la instalación de invernaderos hortícolas en el Paraje Natural del Desierto de Tabernas, el único que existe al sur de Europa, con 11.625 hectáreas protegidas desde 1989.
Cinco metros máximo La actividad hortícola intensiva se permitirá en suelos no urbanizables de carácter natural o rural y en una parcela mínima de media hectáreas. La ocupación permitida con instalaciones de invernadero será del 85% de la superficie de la parcela.
Los linderos deberán quedar accesibles para las operaciones de limpieza y desinfectacción y permitirán la libre ventilación. Las estructuras invernadas tendrán una altura máxima de cinco metros. La ordenanza también prohibe la edificación de viviendas vinculadas a la actividad agrícola en explotaciones de agricultura intensiva, excepto los almacenes agrícolas necesarios para el ejercicio de la actividad de producción agraria y de semilleros.
En la actualidad, hay apenas unas 15 hectáreas de invernaderos en el Campo de Tabernas sin regula, una cifra testimonial en comparación con las más de 12.000 habilitadas en El Ejido, el epicentro de la agricultura almeriense de primor.
No se permitirá tampoco en estos invernaderos cerramientos que limiten el campo visual para contemplar el inigualable paisaje. Los invernaderos deberán disponer de instalaciones necesarias para conducir las aguas pluviales y su aprovechamiento agrícola. Uno de los grandes hándicap para el futuro agrícola de la zona es la carencia de reservas hídricas. Por tanto tendrá que depender en buena medida del agua de la Desaladora a un precio mayor que la de pozos.
Tabernas ha visto crecer también exponencialmente también las plantaciones de olivar en los últimos dos años en varios cientos de hectáreas. Los olivos de Tabernas han hecho crecer la producción oleícola almeriense en un 25% hasta llegar a las 12.000 toneladas la última campaña.
Turismo y agro
El Desierto almeriense, adornado por la leyenda de los western, se consolida así como un referente de un aceite estresado y apreciado sobre todo por las empresas comercializadoras italianos, al que ahora se unirán las hortalizas de invernadero. Hay sin embargo otros municipios más a Levante de la provincia que no han permitido nunca el montaje de superficies de invernaderos, puesto que vuelcan su economía más hacia la actividad turística y hostelera.
Es el caso de Mójácar, Garrucha y Vera. Otros como Antas, Cuevas del Almanzora y Pulpí sí han apostado por una mayor complementariedad de ambas actividades.
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