Holanda se ofrece a Almería como aliado contra las grandes cadenas

Holanda, el tradicional competidor del invernadero almeriense, el gran despachador de frutas y hortalizas comunitario, vino a decir ayer en Almería que hay que tenderse mutuamente la mano y luchar contra la tiranía de las gran distribución.
Fue en la sede de la Cámara de Comercio, en el tradicional Día de Holanda organizado por la Embajada de los Países Bajos en España y contó con una nutrida representación de agentes del sector productor y comercializador holandeses y almerienses.
‘Juntos Somos más fuertes’ ha sido el lema elegido para deambular por el futuro agroalimentario en un sector en ebullición y cada vez con mayor número de consumidores.
El sector hortícola holandés es mundialmente conocido por su capacidad de colaboración, de interacción, dentro de la cadena entre la producción, el comercio, la oferta y la investigación.
El embajador de los Países Bajos en España, Matthijs van Bonzel, recordó que en “Holanda hay 25.000 explotaciones hortícolas sumando las flores y plantas que generan unos ingresos de 16.000 millones de euros” y recordó las relaciones comerciales existentes entre Almería y Holanda, “es necesario buscar sinergias entre ambos porque existen nuevos países competidores y hay que unir fuerzas como líderes del sector hortícola mundial”. El delegado provincial de Agricultura, José Manuel Ortiz, hizo referencia durante su intervención a la importancia de las relaciones comerciales entre Almería y Holanda, recordando que “los Países Bajos son el tercer cliente de las frutas y verduras almerienses y que, al mismo tiempo, Holanda es el principal proveedor de Almería, debido principalmente a la adquisición de semillas para la horticultura”.
Rob van Brouwershaver, del Ministerio de Economía holandés, subrayó la importancia de la colaboración público-privada y de realizar un trabajo conjunto con Almería.
María José Hernández, subdirectora general de Frutas y Hortalizas del Ministerio de Agricultura, evidenció las diferencias de tamaño de las cooperativas almerienses y españolas en relación con las holandesas. “Vamos a analizar por qué no cala el modelo de opfhs, que solo representa el 50% de la comercialización de las frutas y hortalizas y queremos permitir crear cooperativas de distintas comunidades a través de  la nueva figura de entidad asociativa prioritaria.
Hans Vans Es, director de la Coexphal holandesa, destacó el futuro crecimiento de población que demandará más alimentos, “sin cultivos no hay alimentos, por tanto lo más importante es el producto y debemos olvidarnos de competir entre países y hacerlo contra las cadenas.

Los reyes del mambo quieren bailar con Almería
Holanda, el mastodonte europeo de las frutas y hortalizas, el gran despachador de vegetales que es Roterdam, la bisagra sobre la que giran todas las puertas continentales de la agricultura de primor con 500 millones de consumidores a vista de pájaro, ve como la olla de este negocio está a punto de romper a hervir: productores emergentes de gran calado se están adueñando de los mercados del Este y las cadenas de distribución cada vez hacen valer más su reducido número y gran dimensión.
Por eso, la  liliputiense tierra de los tercios de Flandes que le ganó la partida al mar, aprovechó ayer ese tradicional picnic conferencial conocido como Día de Holanda, que desde hace veinte años organiza la Embajada de los Países Bajos en Almería, para explicarle a los agentes almerienses presentes (entre ellos, Paco Góngora, Colomina, Lola Gómez Ferrón, Roque García, Francisca Iglesias) que juntos pueden mirar de tú a tú a Tesco, a Aldi o a Auchan.
Los holandeses son los reyes de la supervivencia, de la reconversión, son los campeones del valor añadido.
Tienen aprobada desde hace tiempo la asignatura de la concentración de la oferta en el país de los tulipanes y la del margen comercial con 16.000 millones de euros de facturación y, de ellos, 8.400 millones de margen de negocio. Son además estos holandeses, que ayer inundaron de cráneo rubios como la cerveza la sala noble de la Cámara,  los mayores exportadores de semillas del mundo por valor de 1.500 millones, los primeros productores de cebolla y patata de siembra y el tercer exportador hortícola del mundo: nunca un país tan pequeño alimentó a tanta gente.
Nadie en el sector es ajeno a los problemas financieros que atraviesan sus explotaciones, las cantidades ingentes que gastan en energía para calentar sus invernaderos, los problemas generados por el bloqueo ruso y el auxilio que le presta Rabobank. Pero resurgen como nadie de sus pavesas y acaban de constituir  una Federación de productores de frutas y hortalizas  con los gigantes The Greenery, Door y Van Nature, entre otros.
Por eso, es una oportunidad, una ganga de mercadillo, que ofrezcan alianzas en beneficio común: olvidarse de lucha de países contra países y abrazar las sinergias de productores contra cadenas.
“Juntos somos más fuertes” repitieron ayer hasta la saciedad en la Cámara de Comercio y Juan Colomina, uno de más lúcidos arietes de la agroindustria almeriense, recogió el guante y fue valiente para recordar el despotismo ilustrado que ejercen las seis o siete grandes cadenas europeas a las que se vende el 80% de los tomates, pepinos y pimientos que medran bajo plástico en el Poniente almeriense, en el Campo de Níjar o en la Vega de Almería: “Ellos eligen, las normas de calidad, las semillas, las variedades, el calibre, el tamaño y les da igual que el tomate no tenga sabor, que sea como bolas rojas de corcho sintético”.
Viene bien a un territorio como Almería, con una agricultura temprana tan consolidada, que los reyes del mambo de este sector quieran bailar con ella. Viene bien, porque Almería tampoco se está quieta y como muestra un botón que lacera la carne holandesa: Almería acaba de desplazar a los Países Bajos como primer proveedor de hortalizas de Alemania.