Por María Dolores Fernández
Investigadora de la Estación Experimental de Cajamar
España cuenta con unos 3,5 millones de hectáreas de regadío, lo que supone tan solo el 14% de la superficie agraria útil, pero que aporta más del 50% de la Producción Final Vegetal. Como contrapartida, la agricultura de regadío es la mayor usuaria de agua (68% del volumen total) y tiene que competir por unos recursos escasos con otros sectores productivos. El nivel tecnológico y de conocimiento científico actual asociado a distintos aspectos del regadío español es alto y está disponibles para los usuarios.
Por ejemplo, a nivel de parcela se dispone de programadores de riego que automatizan la operación de válvulas, bombas y otros componentes de la red de riego, que cuentan con conexión a Internet, conexión a distintos tipos de sensores de control y gestión del riego, y softwares con capacidad de gestionar el riego y fertirriego automáticamente. Por otra parte, distintas instituciones proporcionan información a los regantes sobre la dosis de riego a aportar a su cultivo en función del desarrollo del mismo y condiciones climáticas.
De hecho, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cuenta con una red de 468 estaciones agroclimáticas repartidas por las principales áreas regables del país y que se dedican a este fin. Igualmente, la Estación Experimental de Cajamar también proporciona esta información para los cultivos en invernadero. En muchas zonas de regadío al aire libre se está incorporando el análisis de las imágenes de satélite con el objetivo de diferenciar zonas de plantas con distinto desarrollo o distintos tipos de suelo dentro de la explotación, y que el riego en cada una de estas zonas se aplique de acuerdo a sus características particulares.
El desarrollo en electrónica y monitorización en los últimos años ha permitido el desarrollo de numerosos sensores que miden en tiempo real la humedad del suelo. Estos sensores se conectan a datalogger para el registro en continuo de los datos medidos que posteriormente, mediante un sistema de comunicación y telemetría (cable, radio, GPRS, wifi, etc.), serán almacenados en un servidor. Y gracias a las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación), está información puede ser accesible desde cualquier dispositivo conectable a Internet, así como el acceso a los programadores de riego. Aprovechando estas tecnologías, se está produciendo un cierto desarrollo de empresas de asesoramiento basadas en medidas de sensores en suelo, que usan plataformas web para acceder a los datos medidos en tiempo real y dar recomendaciones de riego/fertirriego en cultivos hortofrutícolas.
Desde la E.E. Cajamar, junto con la Universidad de Almería, se está apostando por la combinación de diversas tecnologías (conocimiento científico sobre necesidades hídricas, sensores y TICs), que permitan monitorizar la humedad del suelo y adecuar diariamente el riego a la meteorología y al desarrollo del cultivo. De este modo es posible aplicar estrategias de riego más eficientes en el uso del agua, con menor impacto medioambiental y menor dedicación del regante.
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