Ya desde muy pequeña, Dulce Molina Fernández apuntaba maneras de fotógrafa. Con tan solo cinco añitos, esta joven almeriense robaba la cámara de fotos a sus padres para desatar su imaginación. Sin embargo, no ha sido hasta hace apenas un año cuando realmente ha conseguido hacer que su hobby se convirtiera en su profesión. “Siempre me ha gustado la fotografía y por ello he dedicado mucho tiempo a formarme y aprender bien.
Después de estudiar en la Escuela de Artes de Almería, me fui a la escuela de fotografía EFTI en Madrid, donde pude especializarme en fotografía infantil formándome con los mejores fotógrafos de España y de Europa” explica la almeriense.
Dulce ha conseguido juntar el amor por la fotografía con su pasión por los niños. “Me dedico principalmente a la fotografía infantil y familia, realizando sesiones que van desde embarazas hasta comuniones”, explica, “me encanta trabajar con niños, sobre todo en exterior, ya que ellos se divierten mucho más”, añade. La fotógrafa confiesa que el camino no ha sido fácil: “Vengo de una familia de mujeres emprendedoras, y no hay mejor ejemplo que mi tía Ana (Ana Fernández Campos), que estuvo al frente de su negocio durante años, y gracias a su gran ayuda, apoyo, firmeza y enseñanzas me lancé a abrir mi propio negocio”.
Dulce Molina comparte sus trabajos a través de todas sus redes sociales (Sweetmolina.photokids).
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