En pleno centro de Tel Aviv el edificio ToHa yergue su imponente fachada de 29 plantas, ensanchándose a medida que crece hacia arriba desde sus dos patas. El Premio Macael al Diseño 2019 está formado en gran medida por uno de los materiales estrella del grupo Cosentino: el Dekton, que ha sido procesado y cortado en la comarca del Almanzora y transportado en barco expresamente para este edificio, obra del arquitecto Ron Arad junto al equipo local de Avner Yashar.
Su espectacular talle y su innovador diseño, que recuerda una gran colmena de paneles geométricos suspendida en equilibrio perfecto sobre el pavimento, le han valido un galardón que ha sido una sorpresa, ya que desde el gigante del mármol lo propusieron para el Premio Asia. Pero no hay más que echar un vistazo a su atrevido y vanguardista diseño para entender que esta obra maestra no podía quedar sin reconocimiento en los galardones más importantes del sector de la construcción y el diseño en piedra natural, y así lo han entendido también los organizadores.
Pasión por el Dekton
El edificio, que es un bloque de oficinas, alberga un total de 28.000 m2 de Dekton de Cosentino distribuidos en más de 10.000 piezas que están repartidas en pavimentos, ascensores, techos y divisiones interiores, pero sobre todo en su magnífica fachada.
Entre ellas, llaman poderosamente la atención esos paneles de 12 milímetros de espesor y hasta 2 metros de ancho que, en los niveles intermedios, revisten el perímetro quebrado de las losas de hormigón y que, debido a su minucioso despiece, definen con exactitud los vértices y las aristas, transmitiendo una imagen de perfección a todo el conjunto. Se trata de uno de los mejores ejemplos de la versatilidad geométrica de las superficies Dekton, que ofrece la posibilidad de unos acabados sutiles y de precisión gracias a su variedad de rangos, combinando espesores mínimos con superficies máximas.
A nivel arquitectónico, una de las principales estrategias del proyecto ha consistido en reducir la superficie construida a nivel de calle para crear un gran parque que aporte calidad cívica al entorno. El edificio emerge, por tanto, sobre dos grandes patas que se ensanchan progresivamente, delimitando un volumen de perfil contorsionado. Desde el punto de vista funcional, este ambicioso proyecto invierte la organización del bloque de oficinas convencional, situando las instalaciones en las primeras plantas para liberar la cubierta. Así, los últimos niveles se pueden dedicar a usos recreativos y las oficinas se distribuyen a partir de la séptima altura, lo que optimiza el acceso de luz natural y las vistas. El basamento técnico se reviste mediante un singular sistema de fachada ventilada en el que los paneles, creados en Dekton,alternan su inclinación de forma entrecruzada. Esta disposición permite que el aire pase entre las placas de gran formato (320 x 70 cm) y crea un frente uniforme que aporta textura y profundidad al alzado. Cosentino ofreció además la posibilidad de producir una gama de seis colores personalizados, basados en el modelo ‘Strato’, que generan un degradado progresivo desde la parte inferior a la superior.
En el interior, un gran atrio de 30 metros de altura funciona como vestíbulo y lugar de encuentro. Los espacios de oficina se vuelcan tanto al exterior, a través de la fachada acristalada, como al patio central luminado por un gran tragaluz. Los acabados han sido cuidadosamente seleccionados para crear un ambiente de trabajo confortable y una imagen corporativa coherente. En resumen, un edificio luminoso y con mucho espacio, al que el exquisito uso interior y exterior de la piedra ha llevado a nuevas cotas de elegancia.
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