El fruto que trajo el Nuevo Mundo y hoy es vanguardia

Los orígenes del tomate hunde sus raíces en la histeria de nuestra sociedad. Con nombres aún poco definidos, el tomate comenzó a asomarse a las cocinas españolas y europeas con algo de timidez. Fue necesario que comenzasen a llegar semillas y a que se encontraran las condiciones idóneas para cultivarlo en nuestro país y en el resto de países europeos.

Curiosamente su primer uso fue, sobre todo, como acidulante para la comida. De alguna manera, la gran riqueza que se esperaba encontrar en el Nuevo Mundo eran las especies. Además se le quiso encontrar parecido con el fruto de la mandrágora, planta considerada maldita y peligrosa en aquella fecha.

A día de hoy es imposible disociar la sostenibilidad ambiental de la social y económica. Así queda perfectamente reflejado en los 17 compromisos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Una agricultura inviable económicamente y socialmente está condenada al fracaso y con ella, la ausencia de medios y de personas para afrontar estos retos en la vanguardia que es, en realidad, la agricultura. El tomate es un verdadero emblema de Almería en cuanto al Desarrollo Sostenible, pese a las dificultades que comporta mantener la rentabilidad de los cultivos.

Otros usos

La importancia del tomate trasciende el ámbito gastronómico para situarse en el terreno del cuidado personal, pues posee propiedades antioxidantes que combate de manera natural el envejecimiento y es un aliado para el cuidado de la piel, el pelo y los dientes. Además es muy rico en licopeno, un antioxidenate más potente que la vitamina E. Además el tomate contiene otros carotenes lo que le confiere el carácter de aliado para la salud de todo el organismo.

Las variedades más comunes son el tomate pera, uno de los tomates más valorados para la elaboración del gazpacho, el salmorejo y otras recetas típicas de la cocina española e internacional. En segundo lugar el tomate en ramo, que tiene forma redondeada y está insertado en un ramillete que se deja madurar en la rama de la planta de tomate. Buen sabor y textura, con pulpa abundante, agridulce, refrescante y muy aromática. Otra de las variedades más frecuentes son los tomates rosa, caracterizados por un gran tamaño y pulpa muy carnosa, de todo rojizo rosado. Debido a la excesiva carnosidad, tiene menos pulpa albergando menos semillas.