“Vamos a colmarte de vida”: una obra maestra para pregonar la Semana Santa

Antonio Salmerón regala a Almería su historia de amor con la ciudad en un pregón inolvidable

Antonio Salmerón, escoltado por su presentador, José Luis Cantón, y el pianista Daniel Albarrán.
Antonio Salmerón, escoltado por su presentador, José Luis Cantón, y el pianista Daniel Albarrán.
Álvaro Hernández
21:16 • 03 abr. 2022 / actualizado a las 00:15 • 04 abr. 2022

El pregón de la Semana Santa de 2022 que dio ayer Antonio Salmerón ha traído consigo una muy mala noticia: Antonio Salmerón no volverá a dar el pregón de la Semana Santa de Almería. O sí, quién sabe. 



En cualquier caso, solo los que estuvieron allí presentes (o quienes lo disfrutaron a través de Canal Sur Radio) saben que lo vivido dentro del Teatro Apolo es una de esas cosas efímeras que dejan tan buen sabor de boca que, detrás, solo dejan nostalgia por no poder repetir el momento una y otra vez.



De hecho, haber esperado desde su designación como pregonero para la Semana Santa de 2020 hasta el día de ayer ha sido toda una suerte: han pasado casi 30 meses en los que no éramos pocos que soñábamos la ilusión de que llegara el pregón de Antonio Salmerón, hoy hermano mayor de los Estudiantes. Y ahora nos queda el recuerdo de una obra maestra en todos los aspectos. Una joya literaria representada como solo él podría hacerlo y con una carga emocional que inundó el lleno patio de butacas del Teatro Apolo.



Y es cierto que estas palabras de todo, menos objetivas y están escritas desde la más profunda admiración. Pero no es menos cierto que Antonio Salmerón no se dejó nada, absolutamente nada, en el tintero.



El pregón



Una vez presentado por el anterior hermano mayor de los Estudiantes, José Luis Cantón, Salmerón arrancó un pregón que, como él mismo advirtió, “no quiere ser breve”.



Y es cierto que el acto nos tuvo aferrados a las butacas del Apolo más de dos horas, pero qué dos horas.  Todo, en un mano a mano entre el pregonero y el pianista y compositor Daniel Albarrán, que fue el encargado de abrir el acto con una interpretación de ‘Amarguras’ que se quedará resonando en las paredes del Teatro durante siglos.



Y, a partir de ese momento, las palabras empezaron “a jugar al pillapilla”, como avisó el propio Salmerón para contar una historia de amor: la del propio pregonero con Almería, su Almería.


Fuera hacía un día desapacible, una de esas jornadas de viento que, cuando caen en Semana Santa, convierten la gesta de sacar una procesión a la calle en una verdadera odisea. 


Pero dentro del Apolo, al calor de la pausada voz y la dulce entonación de Antonio Salmerón era uno de esos días soleados de primavera en los que Almería pide mar.


Y decíamos que el pregonero no se dejó nada en el tintero porque, efectivamente, hizo un repaso de absolutamente todo lo habido y por haber: felicitó a las hermandades que habían celebrado su aniversario entre aquel fatídico 2020 y el día de hoy (Agrupación de Hermandades y Cofradías incluida); le recordó a los almerienses que ‘el Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos’ para preguntarle a la propia ciudad qué estrena dentro de siete días (una carrera oficial, nada más y nada menos); y también tuvo palabras de recuerdo para Dubé de Luque, Álvarez Duarte y Juan Antonio Barrios, solo tres de los muchos nombres de la Semana Santa que nos han dejado en este tiempo de parón.


Y cuando el pregonero fue más Antonio Salmerón que nunca, cuando más emocionó a los allí presentes, fue cuando nos cogió de la mano para convertirse en aquel niño del patio de San Telmo que nació en una luna de primavera para vivir en la Almería más castiza.


Hizo el pregonero dos cosas magistralmente sorprendentes. Una, repasar todas y cada una de las hermandades de la capital dividiéndolas en los cuatro elementos de la naturaleza y es que, al fin y al cabo, “Almería es una mezcla hermosa de tierra y agua, de fuego y aire”.


Pero la vida no se resume en cuatro pilares, y nuestra Semana Santa tampoco. Por eso, como quintaesencia de nuestras cofradías, el pregonero dejó al Resucitado y, claro, a sus Estudiantes. A cada uno de los presentes se le pondría la piel de gallina en un momento distinto; a mí, cuando Salméron habló de la Esperanza. Cómo no emocionarse escuchando a un enamorado.


La otra cosa sorprendente fue musical: más allá del insuperable acompañamiento musical de Albarrán a lo largo y ancho del pregón, emocionó especialmente el momento en el que María José Gil interpretó ‘Te regalo’, una canción nada cofrade para un pregón que recordaba que, en Semana Santa, “celebramos la vida”.


El pregón, en cifras

Almería estaba citada a las 12.00 horas en el Teatro Apolo y fue el estreno en estos menesteres del obispo de la Diócesis, Antonio Gómez Cantero.


Más allá de estos detalles casi anecdóticos, el texto deliciosamente creado por Antonio Salmerón tiene unas cifras que ya son parte de la historia de la ciudad y de su Semana Santa.


En concreto, en 45 páginas, Salmerón introdujo 1.419 líneas de texto en las que encadenó con maestría 15.795 palabras. 


Y qué palabras...


La más repetida fue “agua”, presente en 82 ocasiones, seguida de “fuego”, pronunciada 55 veces, no muchas más que “tierra” (51). “Aire” y “Almería” fueron las siguientes, con 44 y 43 ocasiones, respectivamente. 


El pregonero se centró en lo importante, y por eso “virus” solo salió de su boca dos veces, mientras que “covid” fue algo totalmente ausente. “Ella”, sin embargo, sonó en 35 ocasiones, y “Esperanza”, 10. 


Pero cómo resumir solo en cifras un pregón que le habló de tú a tú a una ciudad. “Y tú, Almería, escúchame, que vamos a inundar tus calles para colmarte de vida”. Ahora, solo queda vivir y disfrutar lo anunciado en el pregón.


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