A punto de alcanzar el momento álgido de nuestra Feria y lo que para muchos supone el remate final de la misma, este domingo a las ocho en punto de la tarde se abrirán de par en par las puertas del Santuario de la Virgen del Mar, verdadero corazón espiritual de la ciudad, para ver salir a nuestra Patrona tras una larga espera de tres años sin poder disfrutarla por las calles, con una ausencia obligada de dos años sin poder procesionar por las razones sanitarias de todos conocidas.
Desde la Hermandad animamos e invitamos a todos los almerienses y visitantes a que participen y vengan a acompañar este domingo a su Patrona ante esta salida que supondrá un acontecimiento extraordinario. Siendo conscientes de que se valora y se disfruta más lo que se conoce y para un mejor acercamiento sobre lo que se podrá contemplar el domingo, vamos a intentar resumir varios aspectos de lo que supone un patrimonio colectivo de toda la ciudad de Almería.
El manto de Isabel II
Como en todas las grandes solemnidades la sagrada imagen lucirá esta famosa pieza de alta artesanía elaborada en el obrador del Palacio Real, donde se confeccionaban los atuendos de gran empaque y que es fruto de la donación que realizaría la Familia Real Española tras su visita a Almería el 20 de octubre de 1862, el regalo llegó a la ciudad en diciembre del año siguiente, 1863 y se bautizó popularmente como “El Manto Regio”, está bordado en hilo de oro y de plata y constituye una obra esencial del bordado en España. En su parte baja puede leerse la inscripción: “SS. MM. los Reyes Católicos Dª Isabel y D. Francisco de Asís a Ntra. Sra. Del Mar de Almería”. El manto fue escrupulosamente restaurado en los talleres de “Sucesores de Elena Caro” desde 2002 hasta 2006, luciendo ahora en todo su esplendor original. Es, junto al de “los gusanos”, los dos únicos mantos antiguos que se conservan.
El paso de salida de la Stma. Virgen del Mar
Se trata de un trono armonioso y proporcionado al tamaño de la imagen, pero que constituye una joya en su conjunto, fue costeado por suscripción popular y realizado íntegramente en plata de ley por los talleres de 'Orfebrería Villareal' durante los años 1990 y 1991, siendo Hermano Mayor Francisco Colomer y Camarera Mayor Isabel Rabell. Hace pocos años y rescatando y completando su proyecto original se encargó realizar a los mismos talleres las cuatro jarras laterales también en plata y con unos brazos a modo de arbotantes que elevan los centros florales de nardos que tradicionalmente acompañan al paso. Todos los enseres que se lucen en la procesión, y que este año han sido restaurados, también son piezas de esta prestigiosa casa de orfebres sevillanos. Como curiosidad diremos que el paso lleva en sus cuatro esquinas las imágenes de los cuatro santuarios marianos de la provincia: Virgen de Gádor, Consolación de Tices, Virgen del Saliente y de La Cabeza de Monteagud.
El Himno del Maestro Padilla
Se trata en este caso un patrimonio inmaterial, pero uno de los tesoros escondidos y en los que menos se repara. El Himno plegaria de la Virgen del Mar, por todos conocido y que podremos escuchar por mediación de la Banda de Santa Cecilia de Sorbas en la Plaza Circular cuando la imagen mire hacia el mismo Mar mediterráneo que un día nos la regaló. Es una pieza musical de incalculable valor, obra del famoso compositor almeriense José Padilla Sánchez, más conocido en esta tierra como el Maestro Padilla, sin lugar a dudas uno de los mejores compositores y pianistas del siglo XX. No en vano su obra musical fue declarada por la UNESCO el 22 de junio de 1989 de Interés Internacional. Tener una pieza de este autor es como poseer la más preciada de las propiedades a nivel musical. Autor de obras tan emblemáticas como “La Violetera”,” El Relicario” o el famoso y aclamado “Himno a Valencia”, esta obra dedicada a la Virgen del Mar no es de menor importancia y debemos ser conscientes de ello. La letra fue creada y encajada de forma también magistral por el insigne poeta Manuel del Águila.
La Corona regalada por el pueblo de Almería
Es la misma que se le impuso a nuestra Patrona en una fecha señalada en el calendario de la historia de la ciudad, el 8 de abril de 1951, día de la Coronación Canónica de la Virgen del Mar y de manos del arzobispo de Granada. El gran mérito de esta verdadera obra del arte religioso a nivel nacional es que fue fruto del amor del pueblo de Almería por su Virgen del Mar, ya que se pudo realizar gracias a los miles de donaciones y aportaciones, la gran mayoría anónimas y de pequeño valor, pues eran años difíciles de postguerra y de estrecheces económicas. La corona es obra de los “Hermanos Granda”, el taller de mayor calidad del país en cuanto a joyería religiosa se refiere, situado en la madrileña calle de Serrano. Está rematada la base por la figura del espíritu Santo; corona imperial y cruz sobre la misma. La circunda una orla con encajes y filigranas; bajo la misma un friso de esmalte, concluyendo con 12 estrellas, y diversos adornos florales y geométricos en su zona central.
La Imagen de la Virgen del Mar
Constituye lo más importante del patrimonio de la Hermandad y por extensión de toda la ciudad, es además seguramente la talla más antigua que se conserva en toda la provincia y es un verdadero milagro y un privilegio que haya llegado hasta nuestros días, sorteando tantas vicisitudes. Se trata de una escultura de una pieza de madera de nogal, de estilo gótico y de autor anónimo. La imagen se presenta con brazos, el Niño sentado en brazo derecho con sus manos extendidas, y corona formando un solo bloque. La imagen fue encontrada en la playa de Torregarcía por el vigía Andrés de Jaén en la mañana del 21 de diciembre de 1502, y presentada al culto desde el 1 de enero de 1503 en el convento Dominico donde reside y del que son custodios estos frailes. Procedente probablemente de un navío naufragado o asaltado por piratas berberiscos. Según distintas fuentes históricas debió ser tallada en las mismas atarazanas, valencianas o catalanas, donde fuera construido el navío que la portaba, en algún año no datado de finales del S. XV. Tenía señales de haber tenido unas argollas de hierro con las que habría estado sujeta a un zuncho de hierro en una cámara de la nave, tal y como era común en la época.
Lo realmente valioso de esta imagen, dejando a un lado su valor histórico y artístico, es la intensa devoción que despierta y su identificación como símbolo religioso y social de una ciudad que la proclamó de forma popular y democrática como Patrona en el año 1805 y que fue declarada como tal en 1806 por Decreto Pontificio, instituyendo sus fiestas patronales en el mes de agosto.
Todo ello lo podremos contemplar y disfrutar el domingo, como final de estas fiestas en su honor. Este año se retomará el recorrido histórico de la procesión, llegando hasta la Puerta de Purchena y bajando todo el paseo de Almería, el extenso cortejo lo abrirá la Legión como es tradicional y nos acompañarán el pregonero de este año y los dos anteriores que no pudieron hacerlo en su día. Con estos ingredientes y esperando que el cariño y el sentimiento del pueblo inunde como siempre la ciudad, junto al calor reinante de ese día, habrá supuesto en conjunto una vuelta a la normalidad en una de las noches más bonitas del año para los almerienses.
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