El periplo ha terminado. Cuatro meses después de que el campanario de la Catedral recibiera la pertinente visita institucional a modo inaugural, el Cabildo de la Catedral ya ha decidido cuándo y cómo abrirá sus puertas la torre de la Catedral, el punto más alto del primer templo de la Diócesis.
En concreto, será este sábado, 22 de julio, cuando la torre de la Catedral recibirá a sus primeros visitantes después de unas obras de rehabilitación cuyo coste ascendió a 590.000 euros y que trajeron una polémica debajo del brazo, con la (necesaria) instalación de un ascensor acristalado en el interior de la estructura para hacer accesible la mayor parte de la visita al campanario catedralicio.
Este sábado, 22 de julio, se celebrará una jornada de puertas abiertas para que los almerienses sean los primeros en conocer el interior de esta torre que ha estado décadas cerrada a cal y canto acumulando suciedad y que, por fin, recupera el esplendor que pudo tener en 1680, año en el que se terminó su construcción. No obstante, será necesario reservar la visita de este sábado, que se realizará accediendo por la puerta de la propia torre en la plaza de la Catedral, junto a la estatua del Beato Diego Ventaja.
Una vez pasado el sábado, la visita a la torre de la Catedral se incluirá dentro del programa de visita cultural del primer templo de la Diócesis de Almería, gestionado por la empresa artiSplendore.
Cabe recordar que la visita cultural a la Catedral es completamente gratuita para los residentes en Almería, condición que deberán acreditar en la entrada de la calle Velázquez mostrando el DNI.
¿Qué verán los almerienses al entrar en la torre de la Catedral?
¿Qué descubrirán almerienses y turistas cuando, en unos meses, la torre abra al público? Nada más acceder al monumento desde su puerta exterior, situada en la plaza de la Catedral, junto a la estatua del Beato Diego Ventaja, se entra a una planta baja diáfana en cuyo centro se sitúa el primer tramo de escaleras. Además, en una de las esquinas está ahora el ascensor, una estructura acristalada que permite que la visita al monumento sea acceso prácticamente en su totalidad (si bien las personas con problemas de movilidad no podrán llegar hasta la monumental azotea del campanario).
En otra de las esquinas, un pasillo conecta el interior del templo catedralicio con la torre.
Ya en la primera planta, otro espacio aún más diáfano da paso a otro tramo de escaleras que lleva a la última planta, donde se sitúan la mayoría de las campanas de la Catedral de Almería.
Finalmente, un tramo más de escaleras (el único que hay que subir sin alternativas posibles) lleva hasta la espectacular azotea, desde la que se puede disfrutar de vistas inéditas de la Alcazaba, el Cerro de San Cristóbal, el Puerto de la capital y las cubiertas de la propia Catedral. Junto a ellas, salpicados, todos los edificios de más de cinco plantas que hacen imposible el disfrute de otros puntos icónicos de la ciudad como el Parque Nicolás Salmerón o el cercano Hospital Provincial.
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