Fin al “periplo” del campanario de la Catedral: la torre abrirá en “meses”

En pleno adelanto de la primavera y bajo un sol de justicia, el campanario de la Catedral de Almería ha vivido una jornada histórica: con la recepción de la obra por parte de la Diócesis de Almería, se dan por finalizadas las obras de rehabilitación, cuyo coste ha rondado los 590.000 euros, más de 411.000 financiados por el Gobierno de España.

"Es un espacio privilegiado, tanto por el propio edificio como porque estamos en la azotea, que ofrece una vista espectacular de Almería", afirmaba el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, durante la visita realizada en la mañana del viernes junto al obispo de la Diócesis, Antonio Gómez Cantero, para oficializar la finalización de las obras del campanario, "una actuación que ha supuesto la rehabilitación y la recuperación de la torre campanario y que se hace realidad; ha sido un periplo, como ocurre en estas intervenciones tan sumamente delicadas", confesaba Fernández ante los medios.

Ahora, la pelota queda en el tejado de la jerarquía eclesiástica almeriense para responder a la gran pregunta que sobrevolaba ayer el campanario: ¿Cuándo abrirá a las visitas la torre de la Catedral?

Tal y como explicaba el deán de la Catedral, Manuel Pozo Oller, "en pocos días el cabildo estudiará con distintas instituciones para que pronto todos los ciudadanos y visitantes puedan conocer la torre y que, en un plazo prudente de unos cuantos meses, esté disponible para las visitas".

Por su parte, Gómez Cantero se mostraba agradecido por el resultado final de unas obras que, a decir verdad, se encontró gestionadas e iniciadas cuando llegó a Almería como coadjutor: "Doy las gracias a esta colaboración entre instituciones, al cabildo, y al anterior obispo, que fue el que impulsó esta obra", afirmaba el prelado. "En 1680 se acabo de construir esta torre y ahora esperemos que dure tanto o más", celebraba Gómez Cantero.

¿Cómo es la torre por dentro?

¿Qué descubrirán almerienses y turistas cuando, en unos meses, la torre abra al público? Nada más acceder al monumento desde su puerta exterior, situada en la plaza de la Catedral, junto a la estatua del Beato Diego Ventaja, se entra a una planta baja diáfana en cuyo centro se sitúa el primer tramo de escaleras. Además, en una de las esquinas está ahora el ascensor, una estructura acristalada que permite que la visita al monumento sea acceso prácticamente en su totalidad (si bien las personas con problemas de movilidad no podrán llegar hasta la monumental azotea del campanario). 

En otra de las esquinas, un pasillo conecta el interior del templo catedralicio con la torre.

Ya en la primera planta, otro espacio aún más diáfano da paso a otro tramo de escaleras que lleva a la última planta, donde se sitúan la mayoría de las campanas de la Catedral de Almería. 

Será en estas tres plantas en las que la Catedral de Almería habrá de determinar el uso que se le da (posiblemente como ampliación del Museo Catedralicio).

Finalmente, un tramo más de escaleras (el único que hay que subir sin alternativas posibles) lleva hasta la espectacular azotea, desde la que se puede disfrutar de vistas inéditas de la Alcazaba, el Cerro de San Cristóbal, el Puerto de la capital y las cubiertas de la propia Catedral. Junto a ellas, salpicados, todos los edificios de más de cinco plantas que hacen imposible el disfrute de otros puntos icónicos de la ciudad como el Parque Nicolás Salmerón o el cercano Hospital Provincial.