La iglesia de Almería que ha recibido dos astillas de la cruz de Jesucristo

Lo contaba Manuel León hace ahora un año: un almeriense terminaba descubriendo, casi por casualidad, que era propietario de un par de trozos de la cruz en la que murió Jesucristo. Una inocente compra por internet, un cajón oculto y un certificado eclesial de la autenticidad de las astillas terminaban por traer hasta la ciudad de Almería una reliquia sin precedentes en la capital. Y ahora, la generosidad de este almeriense ha hecho que la reliquia reciba culto en una iglesia del centro de la capital.

Fue el pasado fin de semana cuando, en presencia del obispo de la Diócesis, Antonio Gómez Cantero, la parroquia de San Sebastián recibía la donación del 'Lignum Crucis', la reliquia de la cruz de Jesucristo. "Dos fieles de esta parroquia, Eduardo y Manuel, han querido dar su preciado tesoro a la parroquia de San Sebastián, para que el Pueblo Santo de Dios pueda venerarlo", contaba el propio prelado durante su homilía en la parroquia del viejo barrio de las Huertas. 

Y efectivamente, son Eduardo López Rodríguez y Manuel Torres Ruiz quienes, con toda la generosidad del mundo, han donado una pieza de valor incalculable a la parroquia de San Sebastián. Durante la misa celebrada el 3 de mayo, Festividad de la Invención de la Santa Cruz, estos dos almerienses firmaron un documento (junto al propio obispo y al párroco de San Sebastián, Manuel Cuadrado) por el que los donantes han cedido a perpetuidad "la plena posesión de la reliquia a la parroquia de San Sebastián de Almería, que adquiere así su posesión y custodia sin ánimo de lucro, a título gratuito y a perpetuidad, para su exposición al culto público de forma permanente en una vitrina situada junto a la pila bautismal y muy cerca de la imagen del santo titular del templo", explican desde la Diócesis de Almería.

De hecho, quienes entren ahora en San Sebastián podrán ver la reliquia: se encuentra en la nave derecha del templo, poco más allá de donde se encuentra la puerta lateral de la iglesia, que da acceso desde la calle Alcalde Muñoz. En una vitrina acristalada se encuentra la cruz que contiene en su interior "dos astillas de la verdadera cruz de Jesucristo, cuya autenticidad consta certificada por el Vicario General H.Gayet en el año 1924 en el que aparece el lacre personal del Cardenal", explica la Diócesis de Almería. 

La historia del descubrimiento

Tal y como detalló el propio Eduardo López a LA VOZ en junio de 2023,  “todo empezó hace un par de meses cuando me acerqué a una tienda de segunda mano de un marroquí que hay en El Quemadero. Empecé a bichear y me encontré un pequeño Cristo de bronce tirado en el suelo. Lo compré y vi que le faltaba una cruz. Unos días después compré una en Wallapop a un anticuario de Cáceres. Cuando me llegó, me cambió la vida”.

La cruz le llegó hace justo un año: un 4 de mayo. Y era una cruz normal y corriente, pero tenía un cajoncito detrás. "Dentro del cajón me encontré con una hojita perfectamente enrollada como un pergamino en un canuto. Al ir aplanándola en la mesa casi me desmayo. Era el certificado de autenticidad de que el relicario de la Cruz era verdadero, dos astillas del madero donde murió el Señor en Jerusalén”.

Cuando hizo el descubrimiento, Eduardo decidió llevarla a casa de su madre y contárselo a un amigo de confianza, Manuel Torres, con el que investigó durante un mes su origen.

La reliquia la certifica como “Verdadera Cruz de Nuestro Señor Jesucristo”, con un texto en latín, el arzobispo de Redón, en la Bretaña francesa, el cardenal Alejandro Armando Charost,  a través de la firma de su vicario general, L. Gayet. El documento está fechado el 28 de enero de 1924 y dice:  “Carta de autentificación de reliquia. Saludos y bendiciones a todos los que la lean. Estas astillas forman parte de la verdadera Cruz de nuestro Señor, cuyas piezas hicimos guardar reverentemente y colocar en un relicario con un círculo de figurar y adornado por un cristal en su parte delantera y mandamos que sean selladas con cera de color rojo, perseverando en que dichas reliquias sean expuestas para la veneración de los fieles”.

Y, por si fuera poco, al lado del sello del arzobispo francés, aparece otro, fechado en 1946 y firmado por el obispo de Coria, en Cáceres, Francisco Cavero y Tormo, quien refrenda la autenticidad con una línea que dice “Vimos y asentimos”. Nada se sabe de cómo llegó la Cruz desde Redón a Coria. Pero, desde un anticuario de Cáceres y por solo 18 euros (más gastos de envío) ha llegado a Almería para quedarse en la parroquia de San Sebastián, siendo la primera reliquia certificada de la cruz de Cristo que llega a la ciudad de Almería.