Del traslado al pregón: un día inolvidable con la Virgen del Mar

Devocional pregón de Eduardo Blanes Arrufat a la patrona de Almería

Álvaro Hernández
23:32 • 17 ago. 2024

Almería podría acostumbrarse fácilmente a días tan bonitos como el de ayer. En lo devocional, el 17 de agosto de 2024 quedará marcado para la historia: la patrona de la ciudad, la Virgen del Mar, salía de su Santuario hacia la Catedral para pasar allí toda la Feria con motivo del Año Santo que se celebra por el 500 aniversario de la colocación de la primera piedra del templo.



Fue un traslado caluroso, a pesar de la hora. A las once de la mañana se abrían las puertas del Real Convento de Santo Domingo para dar paso a un cortejo breve, con un componente muy especial: los descendientes de aquellas dos familias que salvaron la imagen de la Virgen del Mar de su destrucción segura en la Guerra Civil.



Su presencia no era casual. Era la primera vez que la patrona de Almería pasaba por el lugar en el que se levantaba la casa en la que fue escondida y refugiada. Así, ambas familias recibieron un sentido homenaje en la esquina del viejo Hospital Virgen del Mar, mientras sonaba el himno de la patrona y la talla recibía una petalá.



El pregón



Ya por la tarde, se celebró la primera tarde de los habituales cultos con ese aura de extraordinaria que tiene la celebración religiosa de la Virgen del Mar en este 2024. 



Con la Virgen del Mar en el tabernáculo del altar mayor, con San Indalecio a su lado, y una espléndida decoración floral obra de Lales Martínez, la Catedral acogía el primer día del septenario, con la misa presidida por el almeriense Ginés Beltrán, obispo de la Diócesis de Getafe, y con uno de los platos fuertes de cada año: el pregón a la Virgen del Mar, a cargo de Eduardo Blanes.



Tal y como le anunció su presentador, Juan José Pérez Lázaro, “Eduardo es un hombre honesto, un hombre de bien. Busca incesantemente la verdad y el conocimiento para comprometerse por el bien general. Firme en sus convicciones”.



Y así, tal cual lo describían, fue su pregón: un pregón muy devocional, que pasó por las raíces de la Almería que nos ha llegado,  la presencia de la Virgen del Mar en la vida de los almerienses y, sobre todo, que fue a lo básico, a la pureza misma de la devoción. No en vano, fue un pregón a María. “Cuanto más te miramos, se desvanece la imagen y nos encontramos la esencia: nos encontramos a la Virgen María. Te queremos, María”, pronunciaba el pregonero en una Catedral abarrotada de fieles, autoridades y religiosos.


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