Ha muerto la Hermana Araceli, la monja de los pobres “entregada a todos”

La religiosa era Mercedaria de la Caridad en San Isidro, Níjar

De pie, la Hermana Araceli.
De pie, la Hermana Araceli. La Voz
Álvaro Hernández
23:11 • 22 sept. 2024

Ha muerto una de esas monjas que entregan y dedican su vida por los demás en nombre de Dios. Ha fallecido la Hermana Araceli, perteneciente a la congregación de las Mercedarias de la Caridad y muy querida, especialmente en la zona de San Isidro (Níjar), donde tantas familias han comido y prosperado a pesar de las dificultades gracias a la ayuda de religiosas como la Hermana Araceli.



"Fuiste y siempre serás merced de Dios para todos. Una mujer llena de Dios, y por eso Evangelio vivo", despedía a la religiosa con unas cariñosas líneas el sacerdote José María Sánchez, quien fuera años atrás párroco en la zona.



Su fallecimiento ha coincidido con la celebración del triduo que la Hermandad del Prendimiento dedica a la Merced, por lo que el segundo día la misa ha aplicado por el eterno descanso del alma de la Hermana Araceli, tal y como anunciaba la hermana mayor, María del Mar Marín, a través de las redes sociales, plataformas que se han llenado en las últimas horas de condolencias de personas que conocieron a la religiosa fallecida. "Una gran mujer entregada a todos, tuve el gran placer de trabajar con ella. Ahora desde el cielo velará por todos", lamentan. "Gracias por tanto Araceli. Por tu entrega total a los más pobres de San Isidro. Por ser luz en medio de tanta injusticia", agradecen.




"Tu profundo amor a Dios, a su Stma. Madre de la Merced y a la Iglesia, te llenó junto a tus hermanas de la fuerza necesaria para ser un torrente de caridad, sin contar días ni sacrificios hasta tu último aliento", afirma el sacerdote almeriense. "Con dolor, pero agradecido a Dios para siempre por haber podido compartir la vida contigo, te digo, querida Hna. Araceli, gracias. Hasta el cielo. Sigue sonriendo y haciéndonos sonreír siempre. Descansa en la paz del Señor", se despide.



Especialmente comprometida con la acogida y el desarrollo de las personas inmigrantes que viven y trabajan en los Campos de Níjar, la propia Hermana Araceli contaba hace unos años su propia experiencia: "Vivir en San Isidro es una experiencia que me hace que viva en una actitud constante de entrega e identificándome con estas personas y sus problemas. Siendo esa providencia visible de los pobres, con los que quiero recorrer el camino de liberación, trabajando con ellos. Mi compromiso pastoral es la evangelización desde la vida, viviendo al lado de los más pobres, como los marroquíes, los rumanos, personas que me necesitan Ayudándoles a cubrir sus necesidades más básicas, siendo compasiva. No soy más que una simple colaboradora del Espíritu Santo", afirmaba la religiosa fallecida. 






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