Un nuevo azulejo recuerda en la calle Real una tradición de todas las primaveras

Doña Rosa López Torrecillas es una vecina del Casco Histórico de Almería, y acaba de recibir un regalo que, en cierto sentido, también es un regalo para la ciudad de Almería y su historia. No esa historia escrita en mayúscula y grandilocuente que merece ocupar líneas de la Wikipedia y estudiarse en los colegios, sino esa otra historia, la de la cotidianidad, la de los saludos en mitad de la calle, la de ir a hacer la compra, la de los vecinos que hacen que Almería sea Almería. 

Rosa López tiene su casa en la calle Real y, desde el pasado fin de semana, tiene a una nueva vecina. Una a la que le tiene especial cariño a pesar de ser una recién llegada. Una a la que le tiene devoción, desde antes de que llegara a su esquina. Es la Virgen del Rocío, que desde el pasado sábado vigila y cuida la casa de Rosa López Torrecillas y, con ello, lo hace a todos los que pasan cada día por la calle Real.

Cada año, en la Salida de Carretas de la Hermandad del Rocío de Almería camino de Almonte, el Simpecado almeriense pasa siempre por la misma esquina, la de doña Rosa López. Y allí se vive uno de los momentos más intensos de este kilómetro cero de Pentecostés que es la salida de la filial: una petalá desde los balcones de la calle Real sirve de despedida del Simpecado almeriense cuando se va hacia la Blanca Paloma.

En señal de agradecimiento, el grupo joven de la Hermandad del Rocío de Almería regalaba hace unos meses un azulejo conmemorativo a Rosa López Torrecillas, vecina de la calle Real y hermana de la filial rociera almeriense, que quedó instalado el pasado fin de semana en este céntrico punto de Almería capital. 

"El grupo joven de la Hermandad del Rocío de Almería a doña Rosa López Torrecillas, en gratitud a su permanente generosidad y cariño a los jóvenes rocieros. Septiembre de 2024", reza el azulejo en su parte inferior, estando protagonizado por la Virgen del Rocío.

El azulejo se suma al patrimonio cerámico religioso de la ciudad, en el que destacan obras como el azulejo de la Virgen de la Soledad junto a la iglesia parroquial de Santiago o el recientemente instalado azulejo de Humildad y Paciencia, en el barrio de Los Molinos.