“Queremos apostar por un recurso turístico, como es éste, que simboliza el origen de la actual cultura nijareña. En este sendero podemos observar parte de nuestro patrimonio y de nuestra cultura, ligada al aprovechamiento del agua”. De esta forma explica el teniente de alcalde de Níjar, Alexis Pineda, el objetivo de la iniciativa puesta en marcha para incorporar el sendero de los Molinos de Agua a la oferta turística del municipio.
Por ello, desde la Concejalía de Turismo, Patrimonio Histórico y Playas que dirige Pineda, se ha organizado un recorrido por este sendero, localizado entre la Villa de Níjar y Huebro, para mostrarlo a representantes de Subparke, Media Luna Aventura, EcoAgata, El Cabo a Fondo, empresas todas ellas de turismo activo del municipio. El Ayuntamiento quiere que los agentes turísticos que habitualmente trabajan en la costa conozcan esta ruta y la contemplen como alternativa y complemento a la oferta de playa y náutica.
El origen de los campos de Níjar
“Es emocionante pasear por allí, ser consciente de su valor histórico, ya que supone el origen de lo que luego fue el campo de Níjar”, comenta el concejal. A la ruta acudió también Rodolfo Caparrós, geógrafo y urbanista, que hizo de ‘cicerone’, explicando el significado de los restos que salpican el recorrido.
Los molinos de agua que jalonan la ladera que desciende desde Huebro hasta la Villa de Níjar son el sistema hidrológico más importante construido en el Mediterráneo en la Baja Edad Media.
En este sendero, de poco más de 4 kilómetros, se pueden observar los restos de los antiguos molinos de agua, asentados algunos sobre vestigios de construcciones almohades del siglo XII, recuerdo de los primeros que se construyeron y auténticos protagonistas de la historia de Huebro.
Desde las zonas más altas se canalizaba el agua hasta las más bajas y con ayuda de los molinos se abastecía a las cortijadas y a los huertos que se hallaban dispersados por todo el valle haciendo de él un lugar muy próspero.
El más antiguo
Huebro es el núcleo de población más antiguo del término municipal, siendo el segundo asentamiento más antiguo de la provincia de Almería, que se formó en torno a su manantial y sistema hidráulico allá por el siglo IX.
En la zona hay alrededor de 27 molinos y, aunque en muchos casos el recinto está prácticamente en ruinas, en su interior aún se puede identificar partes del ingenio que los hacían funcionar.
Para poder incluirla en la oferta turística, desde el Ayuntamiento se ha trabajado en verificar el trazado y renovar la señalización de la ruta, que en algunos puntos estaba casi perdida. Además, Según explica Pineda, se han identificado una serie de puntos estratégicos por el valor que aportan al recorrido. “Por ejemplo, cerca de La Higuera, se pueden ver hasta seis molinos en cascada, apreciando cómo se diseñó el recorrido para el aprovechamiento del agua”, comenta en concejal.
Bancales en la ladera
En otro punto, algo más cerca de Huebro, se abre una panorámica de los bancales, con sus balates de piedra, descendiendo suavemente por la ladera de la montaña. Un poco más adelante, se llega al lugar en el que el cauce de agua se divide en dos canales.
“En estos puntos se pueden situar paneles informativos y convertirlos en miradores para disfrutar del paisaje, a la vez que se conoce la historia y los orígenes de Níjar”, explica Pineda.
En cualquier caso, el completo desarrollo de este ambicioso proyecto con la recuperación de los molinos plantea un importante problema: todos son de propiedad privada y la inversión para rehabilitarlos es muy elevada. “El ayuntamiento, al menos de momento, no puede afrontar el coste, aunque sí estamos trabajando en pequeñas obras en el camino para conservarlo viable”, concluye.
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