Voluntarios llenan dos contenedores con la basura que se acumula en la Balsa del Sapo

La Balsa del Sapo -dos lagunas situadas en la zona central del antiguo Campo de Dalías, muy próximas a Las Norias de Daza y separadas entre sí por una estrecha franja de tierra-, uno de los ecosistemas más singulares de la provincia, se ha convertido por la mano del hombre en un auténtico vertedero.

En sus orillas se amontonan restos de plásticos de los invernaderos, garrafas de fitosanitarios, vidrios o desechos agrícolas. Tantos que, en apenas doscientos metros, la basura dio hace unos días para llenar dos grandes contenedores. La acción reivindicativa en defensa de la limpieza del humedal fue impulsada por la Plataforma en Defensa del Agua en Almería ‘Acuíferos Vivos’ que, en colaboración con la Asociación Cañada Las Norias, quiso denunciar el “lamentable” estado medioambiental y de salubridad en el que se encuentra el entorno.

La Cañada de las Norias, alrededor de 140 hectáreas de terrenos inundables, es, en la actualidad, el aguazal más importante de Almería en cuanto a la diversidad y características de su ornitocenosis acuática y está catalogado como humedal de importancia internacional por BirdLife en su catálogo de Áreas Importantes para las Aves. Su origen reciente, que se remonta al principio de la década de los ochenta, se produjo tras la extracción masiva y continuada de arcillas para la construcción de invernaderos.

Estas explotaciones dieron lugar a la formación de extensas canteras a cielo abierto que, en esta zona, donde los niveles freáticos son muy superficiales, permitieron el afloramiento de aguas procedentes del Acuífero Superior Central, el mayor de los existentes en el Poniente, caracterizado por su pésima calidad para el riego dado su alto gradiente de salinidad. Esta situación ha contribuido a que sus reservas medias no hayan variado en los últimos años y que actualmente sean excedentarias.