Pasaban unos minutos de las once de la mañana y era un día más para Manuel, un joven de 26 años que es el socorrista del Hotel diverhotel Aguadulce, uno de los establecimientos con los que cuenta Senator Hotels & Resorts. Cientos de personas que disfrutan de las instalaciones del hotel en esta época del año y decenas de niños que juegan en la piscina aprovechando los toboganes son los más ruidosos y los que más se hacen notar. Era un día “normal” pero acabó derivando en uno de esos días que Manuel no olvidará jamás. Eran poco más de las once de la mañana del lunes cuando se empezaron a escuchar gritos entre los clientes que estaban en las piscinas del hotel. Un niño intentaba sacar a su hermana del agua porque “había perdido el conocimiento”. El chaval no podía sacarla y comenzó a gritar. Uno de los clientes fue en su auxilio y consiguió llevarlo hasta el borde de la piscina. Y entonces fue cuando comenzó la historia que Manuel Peñuelas, el joven socorrista, narra en primera persona.
Gritos de clientes
“Yo estaba haciendo mi turno de trabajo cuando empecé a escuchar a los clientes que estaban en la piscina gritar. Había una niña y un niño, de entre 12 y 14 años en el agua. Fue cuando vi que la niña estaba boca abajo, y que ya no se movía, estaba en posición medusa. Me lancé rápidamente al agua porque tenía síntomas de ahogamiento”.
Manuel, que lleva desde el año pasado como socorrista de esta cadena hotelera en diferentes establecimientos de Almería, consiguió sacarla del agua y entonces “le hice la reanimación cardio pulmonar porque no tenía pulso ni respiraba... estaba prácticamente muerta”, relata. Fueron unos minutos bastante intensos, algo más de diez, “pero conseguí reanimarla y verla con vida”. Alertaron al Servicio de Emergencias 112 que llegó minutos después hasta las instalaciones situadas en la playa de El Palmer. “Cuando llegó la ambulancia la niña ya estaba incluso sentada, en estado de shock después de todo lo que había pasado, pero estaba consciente”.
La pequeña “había vomitado, así que eso era buena señal y ya ellos -el personal sanitario de la ambulancia- la monitorizaron y dijeron tenía las constantes vitales bien”. Así que, al estar ya estabilizada, “se la llevaron al hospital de Torrecárdenas y luego por la tarde, me pasé para ver cómo estaba. Me dijeron que estaba bien, que la tenían en observación porque los médicos debían comprobar si había podido coger una infección pulmonar al tragar agua de la piscina o si podía tener alguna lesión. Pero parece que todo iba bien, así que me fui bastante contento”.
Británicos de vacaciones
Manuel explica que el del lunes “es mi primer rescate en los dos años que llevo como socorrista. En la piscina como es lógico había muchos niños y gente mayor y la verdad es que estaba bastante cerca de la zona de los toboganes que es dónde ocurrió esto”. Eso sí, piensa en voz alta que “si hubiera tardado un minuto más en poder sacarla del agua... pero bueno. Hice bien mi trabajo”. La niña vive en Reino Unido y es de origen iraquí. Pasaba unos días de vacaciones junto a sus padres y dos hermanos, uno de ellos era el niño que se bañaba con ella cuando tuvo lugar el suceso, en el antiguo hotel La Parra que fue adquirido por Senator Hotels & Resorts hace unos años.
“La niña será siempre parte de mi vida”
Algunos de los clientes que vivieron el suceso de primera mano felicitaron a Manuel a través de las redes sociales con comentarios como este: “quería reconocer a un héroe que ha salvado una vida de una niña en elDiverHotel Aguadulce esta persona es el socorrista y se llama MANUEL.Hoy puede estar muy orgulloso de haber salvado a una niña que se ahogó en la piscina y a la que tuvo que hacer todos los procedimientos de respiración asistida varios minutos.Finalmente la niña se recupera en un hospital.Manuel Muchas gracias contigo allí sabemos que nuestros pequeños estan a salvo. Campeón...”.
Por su parte, Manuel ayer decía que estaba “Satisfecho. Es verdad que después de todo me dio un bajón tras el rato del rescate y la reanimación. Me impresionó mucho, pero es mi trabajo. Hay que mantener la calma y la cabeza fría para poder actuar. Pero sí que puedo decir que ni todo el dinero del mundo paga la satisfacción y el orgullo de haber salvado una vida. Esta pequeña va a formar parte de toda mi vida, como supongo que yo formaré parte de la suya. Lo mejor es que ella está bien. Su familia me lo estuvo agradeciendo, su hermano no paraba de llorar y de abrazarme... con todo eso me quedo”.
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