‘Mariquilla’

El día 18 de marzo del año 2000 era sábado. La Policía Local de Estepona buscaba al autor o autores del robo de un huevo de cisne australiano. Se presentaba en Londres un prototipo de Ford que conecta al conductor con Internet por la voz. Es hallada en La Gomera una especie de lagarto gigante que se creía extinta. El reptil, de medio metro, sólo era conocido por sus restos fósiles. El número premiado en el sorteo de la lotería nacional fue el 33478, el décimo se vendió a 2.000 pesetas o a 12,02 euros, como prefieran. Cae en la administración número 10 de Madrid. En el hospital La Inmaculada de Huércal-Overa cae un premio, dicho de otra manera, nace María Baena Ramos, ‘Mariquilla’. En ese instante de ese día, la mojaquera María no puede intuir que pasados 9 años cabalgaría a lomos de un caballo. Y casi pasados nueve años más de sus primeros 9, a día de hoy, sabe que la equitación, su gran pasión, ha de pasar a segundo plano. Su futuro está, de momento, en el estudio de Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Producto. Qué cosas. Esta especialidad no la había antes, hace un siglo, a lo más a lo más Ingeniero de Caminos y ya eras un buen partido.

Tras una mañana intensa de equitación, María y yo nos sentamos frente a frente en el jardín de su casa, en Mojácar. El sol, de momento, aleja el fresquito vespertino. Todo empezó, lo de los caballos, por su madre. Por la madre de María. Fue en el verano de 2009, más o menos, cuando preguntó a María y a una prima suya si les apetecía montar a caballo. Naturalmente que sí. Hala, al club Titú. A dar vueltas encima de un pony. Y sin miedo, que va. Le gustó tanto la hípica a María que continuó al paso, luego al trote, después al galope y terminó, es un decir, dando saltos a caballo a obstáculos de más de un metro y diez centímetros de altura, además de limpiar el equipo y cuidar de su propio caballo, un potro suelto en un cercado sin apenas haber sido montado, al que le puso de nombre ‘Aldebarán’. El potro lo trajeron los Reyes Magos a María el día 5 de enero de 2016.

Ella y el caballo aprendieron a conocerse, tarea compleja cuando ni la amazona ni el caballo tienen experiencia. Lo dicho, poco a poco ambos establecieron el entendimiento mutuo, se corrigieron el uno a la otra y viceversa. Una vez conseguido el vínculo entre jinete y caballo, María, ‘Mariquilla’, quería avanzar, aprender más, necesitaba para ello la colaboración de expertos, en este caso de una profesora, Elena, que desde la distancia le da las clases como buenamente puede: por teléfono, vídeos…, y, de cuando en cuando, María se acerca a Almería o Elena se viene a Vera. A este paso, le interrumpo, inventaréis cursos de salto a caballo online.

María, ‘Mariquilla’, ha participado en varios concursos hípicos y ha ganado alguno de ellos en su categoría. Ella no quisiera dejar la hípica nunca, sin embargo, ahora, en breve, afrontará el concurso más difícil, habrá de abandonar la hípica para ingresar en la Universidad. Sabido es que en este país es tarea peliaguda conjugar cualquier deporte con los estudios. No obstante, lo afronta con un carácter maduro chocante con su edad y esto es lo extraordinario, de ella y de una juventud que no sale en los papeles, aunque lo merece. Jóvenes como María que han adquirido la madurez al enfrentarse de cara con el mundo para salir adelante y hacerse cargo de sí mismos.

Ya en la anochecida, con el frío en los hombros, María me comenta que la hípica es una forma de vida, de entenderla con respeto, paciencia, dedicación y mucha voluntad, aparte de ser el segundo deporte, tras la natación, más exigente físicamente. Y no podría haberlo hecho yo sola, nada habría hecho sin mis padres.