Los recursos hídricos que hoy en día está utilizando la agricultura bajo plástico del Poniente almeriense provienen mayoritariamente de los acuíferos subterráneos del Campo de Dalías, que anualmente se recargan con 65 hectómetros cúbicos (hm3) proveniente de las lluvias que caen sobre la Sierra de Gádor. Aunque también aportan agua el embalse de Benínar y la desaladora de Dalías, con aportaciones de 15 y 30 hm3 al año, respectivamente, en la comarcar existe un importante déficit hídrico.
Según explica Alberto Urea, biólogo y profesor de la Escuela Agraria de Vícar, las 25.000 hectáreas de invernadero existentes en la comarca necesitan para sus cultivos unos 150 hm3/año, una cantidad a la que hay que sumar los aproximadamente 30 hectómetros que a su vez demanda la población local y la industria auxiliar. Esto supone que si en el Poniente hay disponibles 110hm3 y se consumen 180, se está produciendo un déficit hídrico de 70 hectómetros cúbicos al año.
“Esta cifra es una cuantía de enorme magnitud y una de sus consecuencias negativas es que está provocando la progresiva salinización de los acuíferos del Campo de Dalías”, advierte Urea. Y es frente a este problema donde los jóvenes que se preparan como técnico superior en Paisajismo y Medio Rural en la Escuela Agraria de Vícar proponen una sencilla pero eficaz actuación medioambiental: la repoblación de la Sierra de Gádor.
Reforestar la sierra en su totalidad haría que lloviese o nevase un 33% más que en la actualidad, y aún en el caso de que no lloviese más, la presencia de una mayor cantidad de raíces facilitaría igualmente que el agua de lluvia se filtrase un 33% más en el suelo, lo que significaría que los 65 hm3/año con los cuales se están recargando actualmente los acuíferos se incrementarían hasta los 86,5 hm3, o sea, 21,5 hm3 más de agua al año, “que sería equivalente a construir una gran desaladora en las cumbres de esta sierra”, explica el profesor.
Este proyecto de repoblación de la Sierra de Gádor se desarrolla en la Escuela Agraria desde el año 2017, reforestando con árboles como el acebuche y otras plantas autóctonas que han demostrado su resistencia y capacidad de adaptación al entorno de la Sierra de Gádor.
En el proyecto también participan la Delegación de Medio Ambiente de la Junta, “que nos ha cedido 20 hectáreas para repoblar, la Estación Experimental Cajamar-Las Palmerillas, cuyos científicos nos asesoran sobre cómo utilizar su patente de repoblación, y en donde también estamos creando un vivero de especies botánicas que son autóctonas de esta sierra; la asociación Asprodesa, que igualmente nos están facilitando especies vegetales, y los técnicos del Parque Natural de Montes de Málaga, un entorno completamente repoblado que nos permitió realizar un ‘viaje al futuro”, señala Urea.
Además, junto las soluciones tecnológicas de las que ya se dispone, como los cultivos hidropónicos, desde la Escuela Agraria se recuerda que el volumen de agua disponible se podría incrementarse notablemente si se le sumase el agua procedentes de las estaciones depuradoras de aguas residuales presentes en la comarca, los que aportaría si se construyese una desalobradora en la Balsa del Sapo y, sobre todo, “si las 25.000 hectáreas de invernaderos se convirtiesen en un gigantesco colector de lluvias, ya que si tenemos en cuenta la pluviometría de esta zona geográfica (300 litros/m2/año), el volumen de agua recogida a través de sus techos de plástico sería de 75 hm3/año, ¡¡lo cual equivaldría al 50% del consumo anual de todos esos invernaderos!!”, concluye el biólogo y profesor Alberto Urea.
La minería del S.XIX y la total deforestación
Los acuíferos del Poniente se encuentran en una situación crítica con una progresiva salinización. El motivo por el que se ha llegado hasta aquí está claro: se saca más agua de la que entra. Estos acuíferos están en contacto con el mar y, al bajar el nivel, se produce una intrusión de agua marina en el interior del acuífero. La disminución de la recarga natural se debe a la falta de lluvia y nieve de los últimos años, pero hay también otro motivo cuyo origen hay que buscarlo en el pasado. En el siglo XIX surgió una importante minería en la Sierra de Gádor, utilizándose su vegetación como combustible para fundir los minerales (sobre todo plomo) que se extraían. Esto provocó en pocos años la total deforestación de la sierra, hasta el punto de que actualmente sólo el 15% de su superficie cuenta con arbolado, reduciendo así el agua captada y reconducida a los acuíferos.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/146853/mas-arboles-en-sierra-de-gador-y-mas-salud-para-las-aguas-del-poniente
Temas relacionados
-
Vícar
-
Consumo
-
Invernaderos
-
Parques Naturales
-
El Acebuche
-
Lluvias
-
Dalías
-
Cajamar
-
Asociaciones
-
Medio Ambiente
-
Industria
-
Salud
-
Minería
-
Gádor