Un terremoto de cinco grados de magnitud zarandeó edificios y carreteras de Adra la tarde del 23 de diciembre de 1993. La alarma corrió tanto como el seísmo. Los vecinos se amontonaron en la explanada del puerto abderitano, mientras los bloques dibujaban peligrosas grietas y las cornisas despedían cascotes desde las alturas. Entonces la normativa apenas esbozaba las primeras competencias de Protección Civil (una “norma básica” en 1992 y una “directriz básica” en 1995) y la cooperación entre las instituciones estaba lejos de los niveles óptimos.
Ahora, 25 años después del temblor, el municipio de Adra vuelve a convertirse en epicentro de un nuevo terremoto de cinco grados de magnitud y dos kilómetros de profundidad, en un simulacro de intervención inédito en la provincia de Almería. Los recursos han cambiado notablemente. Más de 300 profesionales participaron en el dispositivo para poner a prueba el Plan Local de Emergencias de Adra, validado en 2015, y el Plan Regional de Emergencias.
El alcalde de Adra, Manuel Cortés, activó la primera fase del ejercicio a las 8.40 horas y, poco después, la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Gracia Fernández, elevó el nivel de alerta y tomó el mando de la coordinación. Como en 1993, el Puerto de Adra se convirtió en el centro de operaciones. Allí se instaló el Puesto de Mando Avanzado y allí se organizaron los equipos del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), Emergencias 112, Unidad Militar de Emergencias (UME), Protección Civil (de distintas administraciones) y las fuerzas de seguridad.
Coordinación
El simulacro se prolongó hasta primera hora de la tarde y aporta dos novedades fundamentales. Por una parte, es el primer ejercicio de gran envergadura en la provincia de Almería centrado en el riesgo sísmico con implicación del Plan Regional de Emergencias (hace unos días se desarrolló un simulacro en Murcia, otra zona de riesgo sísmico).
Y, por otra parte, la cita colocó la capacidad de respuesta médica en un segundo plano, para concentrarse por primera vez en la evaluación del estado de edificios e infraestructuras. Técnicos municipales y miembros de los colegios profesionales de Arquitectos y Aparejadores de Almería participaron en el análisis de daños en inmuebles y su clasificación del riesgo.
Esta labor es fundamental en la etapa de respuesta ante una catástrofe natural de estas características y cuenta con el ejemplo del terremoto de Lorca como referente cercano, donde los técnicos tuvieron que inspeccionar miles de edificios con destrozos. Responsables del simulacro mostraron su satisfacción por el resultado y destacaron los beneficios de la prueba para afinar la coordinación entre instituciones, muy importante para ofrecer una respuesta a los ciudadanos.
Objetivos
Gracia Fernández, delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía y responsable de la activación del Plan de Emergencias (nivel 2), asegura que “el objetivo es que todo el engranaje esté perfecto para poder atender una situación real”. “No podemos evitar un terremoto, pero sí podemos prevenir y hacer que los efectos sean menores”, añade la delegada. “Hay que poner en valor la cooperación entre instituciones, fundamental ante casos de emergencia, y todo el trabajo previo de revisión de los planes locales, provinciales y regionales”.
El Ayuntamiento de Adra inició la alerta unos minutos antes de las nueve de la mañana. Su alcalde, Manuel Cortés, coordinó personalmente el dispositivo desde el Puesto de Mando Avanzado instalado en el puerto, en la explanada junto al cuartel de la Guardia Civil. El regidor destacó la “excelente coordinación y cooperación institucional” y “el gran esfuerzo y profesionalidad” demostrada por todos los integrantes del Plan de Emergencias Local. El Consistorio puso en marcha un sistema nuevo de información para los ciudadanos mediante un código QR. Los vecinos pueden consultar con su móvil (en caso de terremoto) las zonas afectadas y su nivel de riesgo.
Demetrio Pérez, director general de Emergencias y Protección Civil de la Consejería de Justicia e Interior, incidió en la implicación de la sociedad civil en el desarrollo del simulacro y la importancia de la valoración de daños sobre edificios. “En un siniestro de estas características, una de las claves es detectar qué edificio está colapsado y qué edificio tiene riesgo”.
En el simulacro participaron Ayuntamiento de Adra, Emergencias 112, Grupo de Emergencias de Andalucía, UME, Guardia Civil, Policía Local, Unidad Adscrita de la Policía Nacional, Protección Civil de varias administraciones, Instituto Andaluz de Geofísica, Cruz Roja y Bomberos, entre otras instituciones.
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