Almería ‘se pone guapa’ en un año repleto de obras y remodelaciones

No son pocas las personas que, por estudios o por trabajo, pasan la mayor parte del año fuera de la ciudad y aprovechan sus vacaciones para estar en casa con la playa, el sol y el clima de su ciudad, Almería. A su llegada, y dependiendo del lapso que haya durado su ausencia, se encuentran con edificios, rotondas y parques donde en su memoria ubicaban carreteras y semáforos, solares y descampados. Año tras año la cara de la ciudad cambia y extraña a quienes no siguieran el recorrido de su metamorfosis. Si un día como hoy el emigrante almeriense decidiera volver a casa en coche por primera vez desde que pasara la Navidad en familia, y decidiera entrar por el puerto, el primer -golpe- a su recuerdo vendría por parte del Parque Nicolás Salmerón. Columna a columna, admiraría el lavado de cara al que se ha sometido el parque, con sus senderos limpios y bien definidos, con nuevos columpios para niños de llamativos colores; y con extraños y estilizados arenales vallados, llamados ‘pipi-can’, para las deposiciones de las mascotas de los vecinos. No sería menor la sorpresa al encontrarse recorriendo la estirada figura del Cable Inglés, irremediablemente conducido por la vía hasta la nueva y enorme rotonda, florida en toda su circunferencia, que aligera el tráfico en las conexiones con El Zapillo, Oliveros y la Estación Intermodal. En una mirada de soslayo, o siguiendo la línea de su gran hondonada, el recién llegado notaría la gran ausencia de las pistas deportivas de las Almadrabillas, con edificaciones, suelo y cimientos borrados del mapa, en pos de construirse un complejo más moderno y que aproveche mejor el espacio, con más pistas, una mayor y mejor piscina, y nuevos pabellones. En el casco histórico de la ciudad, las obras de renovación que han comenzado o terminado este año se cuentan a pares. A recalcar, el término de la primera fase de obras de la Plaza Vieja. Aún con la lona sobre la fachada del viejo Ayuntamiento, que correspondería a la segunda fase de las obras, todavía sin iniciar, los almerienses pueden acercarse para pasear entre los arcos de la plaza, que dan sombra a locales donde poder tomar un refrigerio o un baño árabe.
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