Este domingo llegarán a Albox las sagradas reliquias del Beato Juan Ibáñez. En concreto, los restos de este párroco que ejerció en el municipio albojense durante las primeras décadas del siglo XX descansarán en la Iglesia Parroquial de la Concepción del barrio de la Loma de San Francisco. La ceremonia será presidida por el delegado Episcopal para la Causa de los Santos y, también de cara al magno acontecimiento, han sido invitados a la ceremonia los familiares de Juan Ibáñez, los cofrades albojenses, las asociaciones vinculadas con el beato y las autoridades civiles.
Un nuevo sepulcro
La ornamentación quedará completada por relieves del escultor Jesús López Ramírez y por piezas de orfebrería cordobesa. Por disposición episcopal, el sepulcro se ha colocado en la capilla de la Resurrección, presidido por un gran fresco del artista don Andrés García Ibáñez en el que está representado Jesús Resucitado. El sepulcro ha sido financiado por los donativos de los fieles.
En cuanto a las reliquias, hay que recordar que tras su martirio una vez comenzada la Guerra Civil, el cuerpo del beato permaneció en el Pozo de Cantavieja hasta que el Cardenal Parrado ordenó su inhumación en 1941 en el Cementerio de San José de la ciudad de Almería. En 1947, tras una confusión de los operarios diocesanos, su cuerpo fue trasladado a la ciudad de Tortosa. Sus feligreses, que siempre desearon que sus restos descansaran en tierra albojenses, lograron recuperar el cuerpo en 1992.
Historia de los restos
Mientras se gestionó la autorización del Obispo Álvarez Gastón, el cuerpo reposó en catedral de la ciudad de Almería. Posteriormente regresó a Albox y fue sepultado en la Iglesia de la Concepción el 27 de junio de 1992. Nuevamente, el 3 de noviembre de 2015, se interrumpió la paz de su sepultura debido a los procedimientos de la beatificación y fue llevado a Aguadulce.
Durante el examen forense que se realizó al cuerpo, se extrajeron algunas reliquias para la veneración de los fieles y, finalmente, las reliquias del beato serán veneradas con el rango litúrgico que la Iglesia reserva para estos casos en el templo parroquial del que fue párroco durante un cuarto de siglo. Durante ese tiempo destacó por ser un cura dinámico y creativo. Aunque nació en 1878 en Fondón, creció en Gádor.
La precariedad económica de su familia hizo que, desde pequeño, trabajara como barbero. Al sentir la vocación sacerdotal, ingresó en 1893 en el Colegio de San Juan de Almería y fue ordenado presbítero en 1905 en Guadix. En 1909 atendió pastoralmente el municipio de Lubrín y los siguientes dos años fue párroco de Santa Fe y en abril de 1912 tomó posesión de la parroquia de la Concepción de la Loma de la localidad de Albox, donde se entregó por un cuarto de siglo.
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