Ayer se cumplían 40 años desde que la vetusta Escuela Hogar San Fernando de Garrucha cerraba definitivamente sus puertas tras diez años de funcionamiento ya que comenzó su andadura hace cinco décadas.
Se encontraba situada en un lugar privilegiado de la localidad, la entonces avenida Marqués de Chavarri, hoy Paseo del Malecón, a cincuenta metros del mar y a veinticinco metros de la auténtica columna vertebral de Garrucha, la Avenida Calvo Sotelo, hoy calle Mayor.
Solución infantil
Fue la solución en esa época para que muchos niños pudieran realizar unos estudios, aunque fuesen básicos, ya que el alumnado que podía conseguir la beca para poder estar internado en dicho centro era el de 'población diseminada', aquel que tenía a más de 2 km de distancia de su domicilio el transporte escolar más cercano.
El internado recogía alumnado de pedanías de municipios como Bédar, Mojácar, Turre, Cuevas del Almanzora, Sorbas, Tahal o Pulpí, estando desde el lunes por la mañana hasta el viernes por la tarde, pasando el fin de semana con sus familias.
Del internado al colegio
Durante la semana se desplazaban hasta el Colegio Nacional Mixto Comarcal de Garrucha, que era como se llamaba el único colegio de la localidad. Hubo también un sector de alumnado de la comarca, en concreto de Mojácar y Turre, que no siendo de población diseminada también aprovechaba las instalaciones del centro ya que como había clases por la mañana y tarde, se quedaban a comer en la Escuela Hogar, ya que en sus municipios no podían entonces concluir sus estudios de E.G.B. al no existir la Segunda Etapa de los mismos en ambas localidades.
Cuando cerró sus puertas, el internado contaba con cincuenta y ocho alumnos y otros cincuenta y cinco procedentes del transporte escolar.
Durante los veranos también se le sacaba rendimiento a las distintas dependencias de la Escuela-Hogar ya que se realizaban campamentos con jóvenes de la OJE y los Flechas Navales, ya que la propiedad del edificio era de la Delegación de la Juventud y más tarde de la Delegación de Cultura de Almería. También se llegaron a realizar colonias con personas de gran dependencia que podían gozar de unos merecidos días de playa.
El solar de la Palmera
Como el centro no tenía ningún patio de recreo, un solar de tierra junto a dicho internado con una palmera en medio servía de lugar de esparcimiento, tanto para los internos como para los medio pensionistas. Los grandes socavones que existían en dicho solar y sus numerosas piedras no impedían que allí se realizasen interminables partidos de fútbol, con dos buenos pedruscos delimitando las porterías.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/154725/cuarenta-anos-sin-la-entranable-escuela-hogar