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Alcolea vive desde el pasado jueves bajo el silencio que ha dejado entre sus vecinos la muerte del pequeño Sergio, de siete años, al que presuntamente asesinó mediante estrangulación su madre, A. M. B. L., quien entró en prisión ayer, sobre las 17:00 horas, al mismo tiempo que el Cementerio Municipal de Alcolea se sobrecogía con el último adiós al menor.
Poco antes de las cuatro de la tarde, un numeroso grupo de familiares del niño Sergio, entre los que se encontraba su padre, aguardaba, a unos metros de la Iglesia Parroquial de San Sebastián y bajo la sombra, la llegada del féretro blanco en el coche fúnebre, que llegaba a la plaza del municipio decorado con varias coronas entre las que se encontraba una dedicada “De parte de todos los niños de Alcolea”. Porque el suceso, “ha dejado huella” en los vecinos, que no quisieron dejar sola una familia muy conocida en el municipio.
Dolor
“El niño no tenía culpa de nada de lo que le pasara a su madre ni de los temas de la custodia”, comentaban dos mujeres a las que enmudeció el paso triste y silencioso de los cuatro hombres que portaban el féretro y entre los que se encontraba, abrazados, el padre y un hermano de la mujer que presuntamente acabó con la vida de su hijo.
“Ese hermano incluso declaró a favor del padre del niño cuando estaba en el juzgado el asunto de la custodia y dijo que su hermana no estaba bien y que Sergio tenía que estar con su padre”, relataba un vecino del municipio. En cambio, otro de los hermanos, quien el viernes participó en el minuto de silencio y lamentó los hechos, fue acompañado para abandonar la iglesia por los agentes de la Guardia Civil presentes en el entierro.
Y es que el suceso que se cobró la vida del niño Sergio de siete años ha dejado en el pequeño municipio de Alcolea, de apenas 800 habitantes, un poso de tristeza y de cierta tensión. Pero no solo en Alcolea, ya que el dolor también perdura en el municipio de Huércal de Almería, en concreto el barrio de Villa Inés, donde residían Sergio y su madre y donde, presuntamente, ella estranguló a su hijo.
Algo que, como apuntó el padre del menor a los micrófonos del programa ‘Viva la vida’ de Telecinco, “nadie ha hecho nada por evitarlo”. “Hay que escuchar a los niños, a Sergio no se le escuchó y aquí lo tenemos, de cuerpo presente”.
El entierro
La plaza de la iglesia volvió a silenciarse poco después cuando, alrededor de las 17:00 horas, justo en el momento en el que se conocía la noticia de que el juzgado de guardia de El Ejido enviaba a prisión provisional a A. M. B. L., acusada de asesinato, el féretro que recogía el cuerpo del menor salía de nuevo en hombros por la puerta de la iglesia para enfilar el camino hacia el cementerio.
Allí llegó el cuerpo de Sergio acompañado de decenas de coches y de cientos de vecinos que despidieron a un niño que, como comentó el alcalde del municipio, era conocido en Alcolea, “donde pasó los últimos veranos”.
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