Ni coronavirus, ni pandemia, ni crisis económica. Uno de los rincones más hermosos y singulares del Cabo de Gata, la Cala de San Pedro, sigue siendo un polo de atracción para decenas de personas que durante todo el año, pero especialmente en verano, se acercan hasta esta ensenada para pasar el día o para pasar varios y algunos. para instalarse allí.
Esta circunstancia es la que provoca que ya se hayan presentado ante la Guardia Civil de Níjar 230 denuncias contra los responsables de Medio Ambiente “por no sancionar la prohibición de acampada, construcción de habitáculos, hogueras y estacionamiento”.
Así reza el escrito presentado el pasado 3 de agosto por Daniel Navarro, propietario de la finca en la que se encuentra la cala y cuyo texto no ha cambiado desde la primera denuncia presentada en marzo de 2008.
Durante todos estos años, Navarro ha intentado que las autoridades impidan la ocupación de los terrenos en los que viven de forma permanente unas treinta personas en diferentes construcciones, algunas rudimentarias, otras más elaboradas, incluso con placas fotovoltaicas, y muchas levantadas con piedras del ruinoso castillo, un BIC del siglo XVI.
Dado que son muchos los visitantes, también hay quien se dedica a satisfacer las necesidades de estos. “Habrá una media docena de bares y todo tipo de establecimientos que venden comida y bebida. Este verano incluso se ha montado una pizzería que, por cierto, parece que tiene mucho éxito”, comenta Navarro.
En otoño de 2011, la Junta Rectora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, dependiente de la Junta de Andalucía, creó un grupo de trabajo para la recuperación de la Cala de San Pedro. Después, en el verano de 2012, todas las administraciones se conjuraron para tomar medidas que pudieran frenar el deterioro de esta emblemática playa del Cabo de Gata. Sin embargo, poco han cambiado las cosas en este rincón del parque natural en estos 8 años, a excepción del número de denuncias interpuestas por el propietario de la finca que no han dejado de aumentar.
El hotel
Daniel Navarro mantiene otro contencioso con la Junta de Andalucía. Se trata del proyecto para construir un hotel rural junto al cortijo el Ricardillo, completamente en ruinas y cuya edificabilidad quiere utilizar para levantar el nuevo establecimiento. De momento, la Junta ha rechazado el proyecto, pero Navarro no está dispuesto a tirar la toalla y ha presentado las alegaciones correspondientes a cada uno de las razones que la directora del Parque argumenta para rechazarlo.
“Si no se admiten, iremos a un contencioso administrativo, como con todo lo que tengo con el Parque”, asegura Daniel Navarro, que se refiere a la rehabilitación del Castillo de San Pedro, un asunto pendiente desde 2017.
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