Manuel Leon
20:57 • 04 dic. 2011
El almeriense de nuestros días- da igual que viva en Méndez Nuñéz o en la calle Cordoneros, en Santa María del Aguila o en el Palmeral de Vera- no está dispuesto, como Epicuro y con excepciones, a renunciar al placer sabiamente moderado: es decir, a invertir 30 ó 40 euros en una noche de risas con los amigos y/o compañeros de trabajo, con la coartada de la llegada de la Navidad como telón de fondo.
La crisis impacta en las economía domésticas, en las empresas, y en Almería (con un 35% de desempleo) más. Pero se saca petróleo de la cartera para un mediodía o una noche de ocio, como si fuera el fin del mundo. A pesar de que un informe de la Confederación Nacional de Hostelería y Turismo atestigua que más de la mitad de las empresas han dejado de organizar comidas y cenas de Navidad, en Almería, en los días claves previos a la Nochebuena, la mayoría de restaurantes especializados en este tipo de agasajos tiene ya ‘overbooking’. Eso sí, con matices. Se desprende, por tanto, que los empleados de los distintos sectores y municipios en la provincia, no están dispuestos a renunciar a la cena más fraternal del año, aunque tengan que pagar el cubierto por barba. Los profesionales del sector consideran, sin embargo, que no es oro todo lo que reluce: que la gana de jarana y de diversión sigue latente, pero que se concentran en menos días y con menos presupuesto.
Lázaro López, un avezado y reconocido profesional de la hostelería almeriense, argumenta que “parece que las administraciones públicas, las empresas y la sociedad en general hacen un gesto generoso suprimiendo comidas o cenas, sin darse cuenta de que si se deja sin negocio al sector de la hostelería, también implica que la economía se estanque y aumente el desempleo”.
López, copropietario del Hotel Catedral, indica que por su experiencia esta Navidad “estamos viendo un nivel de reservas muy similar al del año pasado, aunque a precios mucho más reducidos y contratados los servicios por los propios trabajadores que pagan cada uno de su bolsillo”. Asegura López que “aproximadamente ventilarán la temporada navideña con unas 500 comidas y cenas de empresas o de amigos”.
Esta ‘minitemporada alta’ comenzó de forma tímida el pasado fin de semana y estará mediatizada por el calendario y el propio Puente de Diciembre. Alcanzará su punto álgido del 15 al 18 de diciembre cuando las posibilidades de encontrar una mesa para más de diez comensales se encuentran ya con cuentagotas. La semana siguiente, se quejan los hosteleros, está tirada, porque Nochebuena cae en sábado y el viernes muchos almerienses aprovechan para desplazarse hasta donde vive el resto de la familia. López se lamenta de ese ‘cuello de botella’ que se va a formar la próxima en Almería porque todo el mundo se pide cenar o comer ese fin de semana y es un reto satisfacer a todos y tener a punto
La crisis impacta en las economía domésticas, en las empresas, y en Almería (con un 35% de desempleo) más. Pero se saca petróleo de la cartera para un mediodía o una noche de ocio, como si fuera el fin del mundo. A pesar de que un informe de la Confederación Nacional de Hostelería y Turismo atestigua que más de la mitad de las empresas han dejado de organizar comidas y cenas de Navidad, en Almería, en los días claves previos a la Nochebuena, la mayoría de restaurantes especializados en este tipo de agasajos tiene ya ‘overbooking’. Eso sí, con matices. Se desprende, por tanto, que los empleados de los distintos sectores y municipios en la provincia, no están dispuestos a renunciar a la cena más fraternal del año, aunque tengan que pagar el cubierto por barba. Los profesionales del sector consideran, sin embargo, que no es oro todo lo que reluce: que la gana de jarana y de diversión sigue latente, pero que se concentran en menos días y con menos presupuesto.
Lázaro López, un avezado y reconocido profesional de la hostelería almeriense, argumenta que “parece que las administraciones públicas, las empresas y la sociedad en general hacen un gesto generoso suprimiendo comidas o cenas, sin darse cuenta de que si se deja sin negocio al sector de la hostelería, también implica que la economía se estanque y aumente el desempleo”.
López, copropietario del Hotel Catedral, indica que por su experiencia esta Navidad “estamos viendo un nivel de reservas muy similar al del año pasado, aunque a precios mucho más reducidos y contratados los servicios por los propios trabajadores que pagan cada uno de su bolsillo”. Asegura López que “aproximadamente ventilarán la temporada navideña con unas 500 comidas y cenas de empresas o de amigos”.
Esta ‘minitemporada alta’ comenzó de forma tímida el pasado fin de semana y estará mediatizada por el calendario y el propio Puente de Diciembre. Alcanzará su punto álgido del 15 al 18 de diciembre cuando las posibilidades de encontrar una mesa para más de diez comensales se encuentran ya con cuentagotas. La semana siguiente, se quejan los hosteleros, está tirada, porque Nochebuena cae en sábado y el viernes muchos almerienses aprovechan para desplazarse hasta donde vive el resto de la familia. López se lamenta de ese ‘cuello de botella’ que se va a formar la próxima en Almería porque todo el mundo se pide cenar o comer ese fin de semana y es un reto satisfacer a todos y tener a punto
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