Mari Ángeles Arellano
23:57 • 15 ene. 2012
Seis son los monumentos naturales con los que cuenta Almería, los mismos que las provincias andaluzas de Granada, Huelva y Jaén, las que lideran este ranking en la comunidad andaluza. Hace unos días la Junta de Andalucía aprobó la declaración de nuevos elementos y enclaves singulares bajo esta figura de protección, ninguno de ellos almeriense. Los monumentos naturales de la provincia son la Isla de Terreros e Isla Negra, de Pulpí; la Sabina Albar, de Chirivel; el Arrecife Barrera de Posidonia, de Roquetas de Mar; la Isla de San Andrés, de Carboneras; la Cueva de Ambrosio, que está en los términos municipales de Vélez Blanco y María; y Piedra Lobera, en el término municipal de Lúcar.
Es precisamente este último monumento natural el más extenso, al ocupar 207 hectáreas de las 335,39 que tienen esta denominación en Almería. Pero quizás también el más desconocido. El 23 de noviembre de 2001 fue la fecha de su declaración. Está situado en el extremo oriental del Sistema Bético de la provincia, dentro de la comarca del Alto Almanzora, y concretamente ubicado en la Sierra de Lúcar.
Últimos ejemplares
En ésta se eleva a una altura de 1.722 metros la denominada Piedra Lobera. Se trata de una espectacular formación caliza con paredes escarpadas que sobresale en el paisaje, constituyendo un hito geográfico. El nombre de este monumento natural proviene de la tradición que cuenta que fue en este lugar donde se exterminaron los últimos ejemplares de lobos que existían por esas sierras.
Además de su belleza paisajística, Piedra Lobera alberga una importante flora adaptada a las duras condiciones que se dan en ese entorno: escasez de lluvias, vientos fuertes, periodos largos de insolación, frecuentes heladas y suelos pedregosos. En ella aparecen especies exclusivas como la arenaria tomentosa, que crece entre los roquedos y posee un porte en forma de almohadilla para contrarrestar los azotes del viento, además de encontrarse cubierta de pequeños pelillos para reflejar los incesantes rayos solares. También crece en este monumento natural la madreselva del pirineo que vive al abrigo de las fisuras y rocas calizas; y la exótica peonía, denominada rosa de monte, a la que se le atribuye propiedades medicinales, a pesar de que a determinadas concentraciones resulta tóxica.
Con valores singulares
El monumento natural es una figura de protección prevista en la legislación andaluza de espacios naturales protegidos para elementos ecológicos o paisajísticos que presentan valores singulares como cuevas, peñas, dunas, árboles centenarios, islotes, bosquetes o formaciones geológicas, entre otros. Su declaración exige, además, buenas condiciones de conservación, homogeneidad y prioridad de uso público.
Es precisamente este último monumento natural el más extenso, al ocupar 207 hectáreas de las 335,39 que tienen esta denominación en Almería. Pero quizás también el más desconocido. El 23 de noviembre de 2001 fue la fecha de su declaración. Está situado en el extremo oriental del Sistema Bético de la provincia, dentro de la comarca del Alto Almanzora, y concretamente ubicado en la Sierra de Lúcar.
Últimos ejemplares
En ésta se eleva a una altura de 1.722 metros la denominada Piedra Lobera. Se trata de una espectacular formación caliza con paredes escarpadas que sobresale en el paisaje, constituyendo un hito geográfico. El nombre de este monumento natural proviene de la tradición que cuenta que fue en este lugar donde se exterminaron los últimos ejemplares de lobos que existían por esas sierras.
Además de su belleza paisajística, Piedra Lobera alberga una importante flora adaptada a las duras condiciones que se dan en ese entorno: escasez de lluvias, vientos fuertes, periodos largos de insolación, frecuentes heladas y suelos pedregosos. En ella aparecen especies exclusivas como la arenaria tomentosa, que crece entre los roquedos y posee un porte en forma de almohadilla para contrarrestar los azotes del viento, además de encontrarse cubierta de pequeños pelillos para reflejar los incesantes rayos solares. También crece en este monumento natural la madreselva del pirineo que vive al abrigo de las fisuras y rocas calizas; y la exótica peonía, denominada rosa de monte, a la que se le atribuye propiedades medicinales, a pesar de que a determinadas concentraciones resulta tóxica.
Con valores singulares
El monumento natural es una figura de protección prevista en la legislación andaluza de espacios naturales protegidos para elementos ecológicos o paisajísticos que presentan valores singulares como cuevas, peñas, dunas, árboles centenarios, islotes, bosquetes o formaciones geológicas, entre otros. Su declaración exige, además, buenas condiciones de conservación, homogeneidad y prioridad de uso público.
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