El Juzgado de Instrucción número Uno de Roquetas de Mar ha ordenado libertad con cargos para el conductor borracho que atropelló mortalmente a una niña de cinco años en la carretera de Alicún. El juez Alfonso Peralta toma la decisión en contra del criterio manifestado por la Fiscalía, que era partidaria del ingreso en prisión provisional del detenido.
El auto acuerda medidas cautelares como la retención de la licencia de conducción, el depósito del vehículo, la prohibición de salida del territorio nacional y la retirada del pasaporte, así como la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado, según informa el TSJA.
El juez entiende que no hay riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas ni de repetición del delito, por eso decreta la puesta en libertad del acusado. “La función de la prisión provisional no puede ser en ningún caso la de adelantar las efectos de una hipotética pena que pudiera serle impuesta al acusado”, señala la resolución.
El juez Alfonso Peralta no es ajeno a la gravedad del suceso y lo menciona especialmente en su auto, sin embargo, entiende que no está justificada la prisión preventiva. “Por muy graves que sean las consecuencias del delito, como es el fallecimiento de una niña de cinco años, por inmenso el dolor que este hecho haya podido causar en sus progenitores y que este instructor comprende perfectamente, así como con la conmoción social que pueda producirse en la opinión pública debido a un tan lamentable siniestro como es acabar con la vida de una niña de corta edad por una conducta presuntamente totalmente irresponsable (...), en el momento actual no existen causas legales que permitan acordar la prisión provisional”.
La fiscal del caso ha anunciado que presentará recurso ante la Audiencia Provincial de Almería para revocar la puesta en libertad, adoptada en contra del criterio del Ministerio Público.
Informe técnico
Según el informe de la Policía Local de Roquetas de Mar, al que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA, el conductor circulaba el martes a las 20.21 horas por la carretera de Alicún y llevaba en el salpicadero una copa de ginebra y tónica. Al llegar al paso de cebra, se cambió de carril para evitar a otro vehículo que estaba detenido y arrolló de manera trágica a la niña de solo cinco años de edad, que iba de la mano de su madre.
Las mediciones técnicas confirman que el acusado iba a “entre 64,33 y 78,63 kilómetros por hora, con una velocidad media de 71,48 en una zona de limitación de velocidad a 50 kilómetros por hora”, un indicio más para la imputación por conducción temeraria y homicidio imprudente.
Además, los agentes de la Policía Local confirman la versión ofrecida por los testigos, entre ellos la madre, que afirmó que el vehículo “cambió del carril y aceleró” antes de impactar contra la menor. El acusado no frenó antes de arrollar a la niña, a pesar de que había un vehículo parado en el paso de cebra.
Por otra parte, el propio atestado de tráfico subraya que “mostraba signos evidentes de encontrarse bajo los efectos del alcohol tales como halitosis perceptible a distancia, ojos enrojecidos, habla pastosa y andar balanceante”.
El conductor se sometió a dos pruebas de alcoholemia como es protocolario. La primera dio un resultado de 0,98 miligramos por litro en aire y la segunda 0,96 (realizada una hora después del suceso y 15 minutos después de la primera). Estas pruebas fueron luego ratificadas con los análisis efectuados en el Hospital de Poniente, donde el conductor, militar de profesión y recientemente trasladado desde Melilla, fue llevado como detenido.
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