Turre saca su memoria a las redes

Suena una flecha. Es mi móvil. Mensaje del grupo de whatsapp ‘Turreros por el mundo’. Es mi madre que le pregunta a mi tía Lola si ha visto la foto en la que sale de pequeña y le pregunta quién es la que sale a su derecha que no la reconoce.

Esta conversación no es de hoy ni de ayer pero es real. Fue de uno de los domingos en los que Antonio Cazorla, un turrero en Barcelona, había realizado una nueva publicación de fotos para el recuerdo en el grupo de Facebook ‘Turre Grande’ y esta vez salía la familia. Y es que los míos también se han unido a la nueva diversión de los domingos por la tarde, la de adivinar quienes son los que salen en las imágenes que publica gracias a las fotografías que amablemente le proporcionan los vecinos.

“Todo empezó con el confinamiento. Me preguntaron si podían compartir una foto antigua en el grupo, que llevaba tiempo sin actividad, y obviamente le di autorización”. Cuando Antonio Cazorla colgaba esa imagen ni se imaginaba lo que estaba naciendo. La primera reacción que recibió fue una pregunta sobre el nombre de los protagonistas y claro “era de 1950 y no tenía ni idea” pero muchos de los miembros del grupo, o sus familiares, sí que creyeron reconocerlos y se generó toda una suerte de respuestas hasta identificarlos.

La avalancha
A partir de ese momento “la gente empieza a subir fotos y cada día se juntaban unas doce o quince imágenes” y cada una de ellas recibe los correspondientes comentarios e intentos de identificar a los que aparecen.

En plena época de reclusión este repaso por los protagonistas de la historia del pueblo, todas las imágenes son anteriores al año 2000, sirvió de nexo de unión entre los hijos de Turre, los que viven allí y los que tuvieron que salir. Además, al estar en casa “la gente empezó a revisar sus fotos antiguas y a colaborar”, explica el administrador del grupo.

Fue sin duda la pandemia el tiempo de mayor actividad que llevó a Cazorla a apostar por hacerse cargo personalmente de retocar las fotos para que tuvieran la calidad necesaria y de “ponerle números a cada una de las personas que salen porque es verdad que la gente juega a descubrir quienes son”.

La idea es que en esta iniciativa “todos los turreros sean partícipes, que manden sus fotos del recuerdo” y así compartir esa memoria visual de lo más importante que jamás tendrá Turre, sus vecinos de ayer y de hoy (los de mañana ya llegarán).

La importancia de esta labor la resume bien Cazorla explicando que a través de estas fotos “se ha puesto en contacto mucha gente. Familiares que no se conocían y que descubren su parentesco a través de un protagonista de alguna de las imágenes. Otros que se habían perdido la pista hace años y que han venido a reencontrarse aquí”.

Mirar las publicaciones en ‘Turre Grande’ se ha convertido en una actividad de ocio del pueblo. Las fotos luego llegan por whatsapp, se enseñan en el mercado, cuando se visita la casa de la abuela y hasta sale en el periódico, que no es poco.