La dura crisis económica de 2008 hizo 'florecer' en numerosos puntos de España una forma de intercambio, paralelo al dinero oficial, cuya creación y administración es realizada por sus propios usuarios. Se trata de la denominada moneda social, una forma de empoderar a una comunidad y generar dinamismo económico local, objetivo que persiguen desde un pequeño pueblo de la Alpujarra almeriense que ya usa la suya propia, a la que han denominado El Café.
"Le pusimos ese nombre porque tiene el valor de un euro, que es lo que cuesta un café en el pueblo", comenta Paco García, de Trotamundos Animado, una asociación de carácter socioambiental que desarrolla numerosas actividades en Almócita, localidad en la que están presentes desde hace cinco años y en la que se está llevando a cabo esta iniciativa que cuenta ya con cerca de medio centenar de usuarios activos. "Aquí nos permiten trabajar", admite este trabajador social al que todos conocen como 'Trotahuertos'.
Paco y Eva Ramírez, ingeniera agrícola, son los administradores oficiales de Cyclos, aplicación desde la que se gestiona esta moneda social con la que se han activado hasta el momento 53 servicios, productos u ofertas, tales como alquiler de espacios, trabajos de fontanería, peonadas en huertas, compra de verduras ecológicas... El Café ofrece un amplio abanico de posibilidades y es por ello que se está generando una comunidad de intercambio en la Alpujarra.
"Estamos haciendo comunidad en los distintos pueblos de la Alpujarra, preparamos charlas en pueblos cercanos como Beires e Instinción para dinamizar su uso, porque lo ideal es que se busquen comunidades no muy extensas", afirma Paco García, que hace diez años ya fue precursor de La Pita, considerada la primera moneda social que se creó en Almería y que en los ocho años que estuvo en funcionamiento llegó a tener 400 usuarios.
¿Cómo funciona El Café?
Actualmente es la única moneda social en activo en la provincia. Para poder convertirse en usuario se necesita la autorización de los administradores para darse de alta en la aplicación, desde la que cada persona gestiona su cuenta, ya que no existe físicamente. A partir de ahí empiezan a crearse los vínculos con otros usuarios que ofertan o demandan algún tipo de producto o servicio, cuyo valor se pacta entre ambas partes, siempre tomando como referencia el valor del euro, moneda con la que "no entramos en beligerancia".
Desde la Asociación Trotamundos Animado explican que, además, El Café "es intercambiable con otras monedas sociales". Según afirma Paco, "yo he comido y dormido en Elche pagando con moneda social". Y es que en España se contabilizan ahora mismo más de 120 "monedas sociales complementarias al euro".
El alcalde también es usuario
Francisco García, alcalde de Almócita, es uno de los usuarios de esta moneda social que cada vez está teniendo más acogida en el municipio. Asegura que "es difícil que todo el mundo entienda bien este nuevo concepto y por eso desde el Ayuntamiento fomentamos las charlas informativas. Ya hay en la aplicación personas tanto de veinte años como mayores de sesenta. Ya no es un proyecto, es una realidad".
Almócita, un referente de sostenibilidad a nivel nacional, sigue apostando por iniciativas que sirvan para hacer crecer al municipio en todos los niveles y, además, poner su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor a nivel social y medioambiental. "A las personas que colaboran en limpieza del monte le damos esta moneda social, unas diez por cada hora trabajo, también la piscina municipal se paga en Cafés y con ella puedes acceder incluso a servicios jurídicos, informáticos gastronómicos. La moneda que se genera se queda en el municipio y eso enriquece a la gente. Es una moneda de cercanía", dice el regidor almociteño.
García, por experiencia propia, sabe que funciona: "Es interesante para intercambiar cosas, pero tienes que participar y ofrecer algo. La base fundamental es que en momentos complicados, con una economía precaria, puedes prestar tus servicios sin que intervenga el euro y tener acceso a comida, por ejemplo. Yo tuve excedente de aceite y lo cambié por Cafés, que luego usé para pagar a una chica que cuidó a mi perro. Sabemos que es difícil romper con el concepto de los billetes de euros, pero con esta moneda social enriqueces la comarca, porque no sale de aquí".
Entre otros de los muchos casos en los que se está usando ya El Café, destaca el del servicio de "compartir vehículos cuando bajamos a Almería o subimos desde la capital". Una especie de 'Bla Bla Car' al estilo alpujarreño que se canjea por una moneda social que, según declara con seguridad el alcalde de Almócita, "si nos esforzamos funcionará".
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