Un pueblo de Almería, entre los cinco ‘tesoros ocultos’ de España

España está llena de lugares ocultos que son una maravilla de la naturaleza o son fruto de la intervención humana, ejemplo de ello son los muchos monumentos que se pueden encontrar en casi todas las ciudades de nuestro país. Sin embargo, existen zonas que se escapan de las rutas turísticas más convencionales pero que demuestran ser auténticas maravillas ocultas de nuestra geografía.

El Periódico ha destacado estos cinco lugares como destinos dignos de ser conocidos y que están a la mano de cualquier fin de semana. Uno de ellos, en la provincia de Almería. Pero hay muchos más porque la variedad que ofrece la provincia almeriense en todo su territorio no está al alcance de todas las provincias. Montaña, aridez, playa, viene o frondosidad de bosques son sus principales características.

Para muchos visitantes que deciden programar una escapada a las zonas más desconocidas de nuestro país, ya sea en familia o con los amigos, elementos tan sencillos como la admiración por conocer nuevas formas de gastronomías, nuevos paisajes o, incluso, conocer nuevas formas de vivir en el resto de comunidades autónomas son los elementos más perseguidos por quienes deciden emprender este tipo de viajes. En definitiva, descubrir aquellas zonas que se localizan lugares remotos.

El encanto de la provincia de Almería

En el interior de la la provincia de Almería se encuentra la localidad de Sorbas, conocida coloquialmente como la “Cuenca Chica” por sus casas colgadas en una formación rocosa que nos anticipa la grandiosidad del Paraje Natural Karst en Yesos de Sorbas.

Todo el entorno constituye un espacio protegido que representa el mayor complejo de karstificación en yeso de toda España y uno de los más importantes del planeta, en el que se han formado, a lo largo del tiempo, miles de dolinas y cavidades subterráneas.

Algunas de las cavidades subterráneas más espectaculares pueden ser visitadas en el punto conocido como “Cuevas de Sorbas”, donde varios itinerarios espeleológicos nos permiten conocer esta joya de la geología mundial. Tiene una superficie de 2.357 hectáreas en las que se contabilizan más de 1.000 entradas a cuevas. Por sus características es considerado como uno de los mejores ejemplos de Karst en yesos a nivel mundial.

El municipio de Sorbas está encaramado a una montaña de unos 40 metros de altura, rodeada por un barranco, llamado “Afa” que las ramblas de Moras y del Cucador se han encargado de labrar. Las viviendas se asoman al cortado y nosotros también podemos hacerlo por los distintos miradores con los que cuenta Sorbas, como el del Porche, el del Castillo y el del Calvario desde los que se pueden ver distintas perspectivas de las casas colgantes, el de la Torreta desde la zona más alta del pueblo con unas hermosas vistas y el de la Huerta para ver el aprovechamiento de los cultivos y las ramblas y un antiguo lavadero público.

Reminiscencias romanas en Cuenca 

A tan solo un cuarto de hora por carretera de la ciudad de Cuenca se mantiene en pie una maravilla del mundo romano. Se trata de la villa romana de Noheda, llamada así por estar emplazada en las inmediaciones de la localidad del mismo nombre, en el término municipal de Villar de Domingo García.

Conocida desde antaño su existencia, no fue sino hasta el año 2.005 cuando se acometieron de manera exhaustiva los trabajos para sacar del olvido la que se ha convertido, posteriormente, en uno de los descubrimientos arqueológicos más destacados de España en lo que va de siglo.

Un complejo rural tardorromano cuyo gran tesoro es un enorme mosaico figurativo que ha sido catalogado y descrito en el mundo científico como “el más impresionante del Imperio romano”. Un yacimiento del que aún queda mucho por descubrir pero que es posible visitar junto con un centro de interpretación de la villa. Además, la entrada a la misma es gratuita hasta el 30 de junio de 2023.

Una basílica en un pueblo de Lugo

A muy poca distancia de la población costera de Foz, en la provincia de Lugo, se localiza la parroquia de San Martiño de Mondoñedo, una construcción religiosa cuya apariencia actual data de los siglos XI y XII pero que ancla sus raíces en el siglo VI.

Convertida en sede episcopal de la diócesis mindoniense tras la huida de los cristianos procedentes de Britania, está considerada la catedral más antigua de toda España.

Su excelente conservación, su riqueza arquitectónica y escultórica, los valiosos murales de su interior descubiertos hace menos de dos décadas – de los más antiguos de Galicia – y el destacado Museo Parroquial, hacen de este templo, convertido en basílica recientemente, un lugar de imprescindible visita de la Mariña Lucense.

Elementos naturales únicos

Volcamos nuestra atención en otra cueva pero, esta vez, no ponemos únicamente el foco en sus cualidades como formación geológica, sino que también nos vemos atraídos por su gran significado.

Situada en la misma frontera entre Francia y España, a pocos kilómetros de Roncesvalles y de la célebre Selva de Irati, la cueva de Harpea es una de las formaciones geológicas más visuales y carismáticas del Pirineo Navarro, situada además en un paraje envidiable.

Un perfecto anticlinal que ha sido considerado históricamente un lugar mágico de este territorio a pesar de su uso habitual como refugio para el ganado, ya que aquí se ha encargado el folclore local de situar una de las moradas de las “Lamiak”, seres mitológicos representativos de la cultura del País Vasco.

Un castillo de la batalla mitológica de la Reconquista

A poco más de quince kilómetros al sur de la capital riojana se encuentra el pueblo de Clavijo, un pequeño enclave, a caballo entre las comarcas de Camero, famoso – al menos en nombre – por haber sido el escenario de la batalla mitológica de la Reconquista en la que, supuestamente, el Apóstol Santiago el Mayor intervino milagrosamente para derrotar a los musulmanes, adquiriendo su famoso sobrenombre de “Santiago Matamoros”.

Pero, al margen de esta efeméride, esta localidad cuenta con la presencia de un impresionante castillo de más de mil años de antigüedad que, aunque en ruinas, ha sido tradicionalmente ligado a dicha batalla y forma hoy en día, en lo alto de un escarpe rocoso, una bellísima estampa digna de admirar.