Neutralizan en las 200 Viviendas de Roquetas 239 enganches ilegales

Después de realizar diferente inspecciones, dentro de la conocida como operación ‘Jupiplan’, la Guardia Civil de la Comandancia de Almería, con la colaboración clave de técnicos de empresas distribuidoras de energía eléctrica y agua, localizó en el barrio de Las 200 Viviendas de Roquetas de Mar y pudo neutralizar un total de 239 enganches ilegales, siendo 156 a la red eléctrica y el resto, 83, a la de fluido hídrico.

Este operativo se inició tras las diferentes investigaciones que realizan los agentes con el objetivo de la lucha contra el tráfico, cultivo y/o elaboración de sustancias estupefacientes en la provincia, sumados a la prevención de accidentes y molestias vecinales derivados de los enganches fraudulentos a la red de suministro eléctrico e hídrico.

Dentro de esta misma operación se tuvo conocimiento de la existencia de un cultivo indoor de marihuana en una vivienda de este mismo barrio, por lo que se procedió a su registro dando como resultado un total de 560 plantas de ‘Cannabis Sativa’ incautadas, además de lámparas con bombillas de 600w, balastros, aparatos de aire acondicionado, ventiladores y extractores de aire.

Molestias vecinales

Los materiales que suelen usarse en este tipo de instalaciones ilegales, para optimizar la plantación, necesitan un sustento energético que en estas viviendas en concreto siempre suelen encontrar en los enganches fraudulentos, lo que provoca un consumo superior en la red, crea un peligro material y personal para los residentes y repercute en la calidad del servicio al resto de la ciudadanía, cuyas quejas también sirven de ayuda en las diferentes investigaciones.

En este barrio de origen obrero, sobre el que el Ayuntamiento de Roquetas de Mar tiene previsto hacer una actuación para su reforma integral, droga y marginalidad se dan la mano. La delincuencia envuelve un entorno en el que también los cortes de suministro eléctrico y de agua, por culpa de los enganches ilegales, hacen cada vez más complicado tener una vida digna en el mismo. No es de extrañar que sus moradores de toda la vida hayan decidido marcharse. 

Desde hace décadas se han hacinado en esta zona muchas personas de distintas nacionalidades, etnias y religiones que fueron llegando al municipio atraídas por el trabajo bajo plástico, y también por el dinero.