Un estudio sobre el origen de la Tortuga Mora en la zona del Sureste Ibérico y concretamente en el Levante Almeriense ha esclarecido que la subespecie es tan antigua en nuestras tierras que se vuelve ya autóctona y por tanto, merecedora de toda conservación. Concretamente los estudios genéticos y moleculares de esta tortuga terrestre, de a penas un kilo, han datado su presencia en el Levante desde la prehistoria. Eva Graciá, profesora de ecología de la Universidad Miguel Hernández, fue la precursora de este estudio para determinar si la especie fue introducida por la mano del hombre o por el contrario era autóctona de la zona, junto a Francisco Botella, Roberto Rodríguez, José Daniel Anadón, Uwe Fritz y Andrés Giménez.
La profesora de ecología explicó que en España hay tan solo dos especies de tortugas terrestres: la Mediterránea y la Mora. La distribución de esta última se
encuentra en tres poblaciones aisladas una de otra. Una en Doñana, otra en el
sureste Ibérico y la tercera en Mallorca. Esta segmentación de
poblaciones planteó dudas sobre su verdadero origen y la
posibilidad de fuese introducida por la mano del hombre. De hecho la
misma subespecie que habita en nuestro país, está muy bien
representada en el norte África.
Graciá contó que existe la creencia de que cualquier distribución de especies "que se salga de
lo lógico para las poblaciones naturales" proceden probablemente por
una introducción en tiempo fenicio. "Normalmente se busca donde
estaban los asentamientos de diversas culturas y se les traslada esa
responsabilidad de introducir especies, esto ha pasado con otras
especies como el camaleón o la tortuga, que siempre se les daba a
los fenicios esta responsabilidad”.
Sin embargo, al realizar los estudios pertinentes, "lo que vimos es
que la población proviene del norte de África, es exactamente la
misma subespecie, pero cuando datamos esta población nos hacen
pensar que la población es prehistórica, osea que no sería una
introducción de origen antrópico". La profesora apuntó que es incierto que el ser humano
pudiera desarrollar algún papel, pero se produjo en cualquier caso
antes de los fenicios. Además el estudio también constató que la expansión en el sureste ibérico se
produjo de manera natural con una distribución bastante más extensa
que cualquier otra población de origen histórico en el sur de
Europa.
La Tortuga Mora está protegida y los estados
que tienen poblaciones de esta especie tienen que designar zonas
especiales de conservación. Es además "una especie bandera y una
especia paraguas", Eva Graciá explicó lo que significan estos dos términos, "conservando esta subespecie de tortuga, conservamos
también las sierras litorales del sureste ibérico que están muy
amenazadas por la conversión en agricultura intensiva o en usos
urbanos".
De hecho en los últimos meses ha habido gran controversia con la preservación de esta especie y las recientes obras del tren de Alta Velocidad. Por todos es conocido las eternas polémicas entre el PSOE y el Partido Popular de
Almería por la conservación de las colonias de tortuga mora en el
Levante por las obras del AVE.
Características y amenazas de la Tortuga Mora
A raíz de estos estudios también se descubrió que otras poblaciones como las de Doñana o Mallorca si parece que se han
originado en tiempos históricos y han podido ser introducidas de forma antrópica. Pero esta línea de investigación no solo ha dado a conocer los orígenes de esta
subespecie sino también a conocer los factores de amenaza que están
soportando, si están en declive si están bien conservadas, etc. Y proponer así a las administraciones unas medidas que mitiguen y que
corrijan las amenazas que están soportando.
Estas poblaciones han tenido dos amenazas principales, por un lado la perdida y la fragmentación del hábitat y en segundo lugar la consideración de la especie como animal mascota. Graciá explicó que se han expoliado muchas poblaciones por el hecho de que nos gustan las tortugas. De hecho la profesora atestiguó que la Tortuga Mora ha sido la especie más traficada en España y su tenencia es totalmente ilegal, incluso puede incurrir en penas de cárcel.
La tortuga
mora está protegida por la Convención de Berna. También
está incluida en la CITES y en la directiva 1332/2005 de la
Comunidad Europea, de forma que queda absolutamente prohibida la
captura de ejemplares salvajes y está reglamentada la cría y el
comercio de ejemplares en cautiverio.
La tortuga mora o Testudo Graeca, llega a medir unos 18 cm. Su caparazón es abombado y de tonos amarillentos a verde oliva, aunque algunos ejemplares presentan un caparazón casi negro. Las placas que forman este caparazón suelen tener los bordes negros y una mancha negra en su interior. Algo característico de la tortuga mora y que la distingue de la tortuga mediterránea es que la placa supracaudal (la que está encima de la cola) no está dividida. Su cabeza es amarilla con manchas negras que pueden extenderse hasta casi cubrirla. Tiene los ojos saltones como los de las ranas, lo que también sirve para distinguirla de otras especies.
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