El Ayuntamiento de Níjar ha descubierto algunas de sus cartas para el anunciado desalojo de las chabolas de El Walili, programado para este lunes, 30 de enero.
Tras una reunión mantenida con distintas organizaciones en la mañana de este viernes, el Consistorio ha emitido un comunicado dando algunas pinceladas sobre la mayor de las incógnitas referentes al desalojo y posterior derribo del asentamiento: a dónde irán los más de 500 habitantes que residen actualmente en las infraviviendas del cruce de Los Albaricoques.
En el comunicado, el Ayuntamiento explica que las organizaciones colaborarán “en la atención y recepción de los moradores en el Centro de Acogida de Emergencia y derivación”.
Si bien no se han dado más detalles sobre este centro de emergencia en el que serán alojados los habitantes de El Walili, el Consistorio sí ha explicado que todos recibirán “alojamiento y manutención”.
Este será el paso intermedio hacia un destino más digno. Así, tal y como explica el ayuntamiento dirigido por la socialista Esperanza Pérez, se abrirá un proceso en el que “se reevaluará individualmente cada caso” para “elaborar el itinerario de integración de cada individuo antes de su derivación a una solución habitacional transitoria de alquiler”.
Lo más relevante respecto a este proceso intermedio que se abrirá el lunes, día en el que los habitantes de El Walili serán trasladados en autobuses hasta el nuevo centro de emergencias es la duración que estima el Consistorio para el proceso: en dos meses, como máximo, todos los habitantes de El Walili tendrían que haber sido derivados a esa solución habitacional transitoria de alquiler.
Con toda probabilidad, parte de la solución pase por los pisos que están siendo construidos en colaboración con la Junta de Andalucía en Los Grillos: un total de 62 viviendas que podrían alojar a unos 150-200 temporeros de los más de 500 que el lunes serán desalojados de El Walili, un asentamiento chabolista al que, probablemente, le quedan menos de 48 horas de existencia, ya que una vez que se produzca al desalojo, será derribado.
“En la reunión de trabajo se ha informado del protocolo establecido, así como de los distintos autos judiciales, el último de ayer jueves, en el que se mantiene el criterio del ya dictado el pasado 24 de enero sobre la urgencia en la ejecución del desalojo para garantizar la seguridad de las personas.
En el manual de realojo para la primera fase de la actuación con los moradores de El Walili, sobre el mismo poblado chabolista, participarán técnicos en asistencia psicológica y de mediación, personal sanitario, bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, plantea el Ayuntamiento de Níjar en su comunicado.
Más coordinación
Por su parte, las organizaciones presentes en el encuentro han firmado un comunicado conjunto en el que lamentan “que no se pueda proceder a un retraso del desalojo, que reiteradamente hemos pedido al Ayuntamiento, según nos comunican por motivos jurídicos de peso”.
No obstante, las organizaciones firmantes (Almería Acoge, Cepaim, las Hermanas Mercedarias de San Isidro y Médicos del Mundo) reconocen que “el Ayuntamiento de Níjar ha invertido esfuerzos, recursos y dedicación sincera que quizás no han producido todos los frutos deseables” y, de hecho, agradecen que el Consistorio “haya reformulado algunas de sus posturas iniciales, asegurando a día de hoy que todas las personas que serán desalojadas el próximo día 30 contarán con la oferta firme y real de un alojamiento temporal de emergencia mientras se resuelve su ingreso en viviendas más normalizadas”.
A pesar de ello, lamentan “que el desalojo se haya precipitado” y reconocen “que la forma de gestionar esta compleja realidad necesita mejorar y en esas mejoras también nos ofrecemos a seguir colaborando”, explican en el comunicado.
“Es intolerable la presión”
En el comunicado firmado por las organizaciones que trabajan habitualmente en El Walili y que colaborarán en las tareas de realojo, apuntan que “el proceso habría sido mucho más exitoso si se hubiera contado más con las personas afectadas”.
“Recordamos que se trata de personas empobrecidas y en situación de exclusión, pero con total capacidad de interlocución y de implicación en la búsqueda de las mejores soluciones, en las que inevitablemente deben estar implicadas”, señalan las organizaciones.
Además, señalan a quien ha intentado aprovechar la situación para generar conflicto o que, en cualquier caso, han aportado posibles soluciones bastante alejadas de un realojo digno.
“Lamentamos que ante el gran reto que supone una intervención de este tipo, se sumen otros actores externos, que constituyen una amenaza a los esfuerzos que está haciendo el propio Ayuntamiento y las organizaciones firmantes. Es intolerable la presión de quienes solo amenazan con la vigilancia o el enfrentamiento, sin ofertar alternativas, boicoteando cualquier iniciativa por mejorable que pueda ser”, explican.
En cualquier caso, confirman su “compromiso de continuar colaborando con la iniciativa del Ayuntamiento de Níjar para dignificar la vida de las personas que habitan chabolas”.
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