La cueva que promete abrir una nueva ventana a la prehistoria y que
ha aparecido en titulares de todo el mundo llevaba al menos
50.000 años sin recibir la visita de un ser humano. Hasta que la
cabeza del almeriense Ignacio Martín Lerma asomó por una cavidad
que promete cambiar varios aspectos asumidos de la historia o más
bien de la prehistoria más remota. “Las cuatro personas que
entramos el primer día supimos que estábamos haciendo historia pero
mantuvimos la calma”, confiesa a este periódico el arqueólogo
natural de Vera y director de excavaciones en uno de los proyectos
más esperanzadores de las últimas décadas para la arqueología
peninsular.
Se trata de uno de
los mayores hallazgos en este campo y toda una ‘puerta a la
prehistoria’, como lo ha definido la Universidad de Murcia (UMU)
donde es profesor Martín Lerma. Le bastó enfocar con su linterna
para confirmar que sus sospechas se quedaron cortas, que en el
interior de esta cavidad se encontraban miles de metros cuadrados
‘vírgenes’ para la ciencia. Intacta, esperando que alguien como
él y sus compañeros llegaran para comenzar a desenterrar secretos
que pueden remontarse decenas de miles de años en el tiempo. “Sé
que parece de película pero lo que hemos vivido es realmente
cinematográfico. Había sospechas de que podía haber algo así
desde 2018 pero la cavidad no estaba cerrada y no nos atrevíamos a
intervenir por si había algún agujero”, recuerda sobre los
trabajos previos al descubrimiento.
El arqueólogo
reconoce que el descubrimiento realizado en el municipio murciano de
Cieza incluso les ha “sobrepasado” porque no se trata solo de una
sola bóveda o cavidad, algo que ya habría sido más que
esperanzador para los científicos. Lo que se ha abierto ante ellos
han sido “galerías de más de 1.500 metros con bóvedas de casi 20
metros. Un auténtico disparate”, ha relatado emocionado el
investigador durante una entrevista este miércoles en la Cadena SER
Levante.
Por delante esperan
años que perfectamente pueden ser décadas de excavaciones, estudios
y descubrimientos de todo tipo; pero los primeros hallazgos no se han
hecho esperar. De hecho saltaban a simple vista, como los zarpazos
del oso de las cavernas encontrados en las paredes. Hasta ahora se
creía que este gran mamífero no había descendido del centro
peninsular, por lo que estos primeros hallazgos posicionan a la cueva
como un gran ejemplo de morada de estos grandes animales en el sur de
Europa. “Algo realmente único”, valoran los científicos.
Más
allá de la presencia de esa especie, todo está por descubrir. “No
sabemos aún qué podemos encontrar dentro porque la cavidad está
por explorar completamente. Hemos transitado por el momento por los
sitios fáciles pero no hemos realizado aún ninguna desobstrucción
o acceso a otra galerías con cámaras”, relata Martín Lerma.
Así las cosas, el
profesor de prehistoria veratense no descarta incluso la posibilidad
de que se hallen restos de “lo que hubo antes de los neandertales”,
por lo que “hablamos de nuestros antepasados más remotos y
cualquier hallazgo dentro de esa cronología es una locura”,
confiesa el almeriense antes de resumirlo de este modo. “Para que
la gente lo entienda: estamos hablando de algo tipo Atapuerca, aunque
aún no lo sabemos porque queda mucho por excavar”.
Lo cierto es que la
cueva del Arco no es solo una joya en lo antropológico sino en lo
geológico. “La parte geológica es increíble. Es una cueva
maravillosa, además de por lo grande que es, porque está intacta.
Nadie ha pisado allí antes que yo y eso genera una oportunidad de
estudio, por ejemplo con estalactitas y estalagmitas completamente
vírgenes de alteraciones, no son como las que solemos ver”,
describe.
Un descubrimiento realmente histórico, que promete ser clave para conocer infinidad de aspectos de la prehistoria más remota y que lleva la firma de este almeriense que no deja de dar luz a nuestro pasado tanto con la divulgación como con sus importantes e incesantes trabajos a pie de cueva.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/251829/el-almeriense-que-ha-pisado-donde-ningun-humano-lo-ha-hecho-en-50-000-anos