Malu Mansilla
21:58 • 09 abr. 2012
Por mucho que pasajeros y familiares protesten AENA asegura que el aeropuerto tiene que echar el cierre haya llegado o no el último avión.
Sale al paso así Aeropuertos Españoles del retraso que el pasado jueves enfrentó a trabajadores del aeródromo almeriense y a medio centenar de familiares de los viajeros del último vuelo del día, un avión de Air Nostrum procedente de Barcelona que, según explican los afectados, por solo cinco minutos de retraso con respecto a la hora de cierre del aeropuerto, fue trasladado a Málaga.
El retraso del vuelo había sido anunciado una hora antes, de forma que en lugar de a las diez y media de la noche, se preveía su llegada a las once menos cuarto. Sin embargo, el retraso fue algo mayor y, según los familiares de los viajeros que esperaban en el aeropuerto, “los controladores se fueron a las once y diez, cuando quedaban apenas cinco minutos para la llegada del avión”, lo que le obligó a continuar hasta Málaga y al traslado de los viajeros en autocar.
Esto provocó la indignación del medio centenar de familiares de los viajeros que esperaban la llegada del vuelo, que se negaron a irse hasta saber cuándo llegarían los pasajeros afectados. Una situación “de película de Berlanga”, según explica Miguel Ángel Lozano, uno de los afectados, que relata como al conocer que el vuelo no llegaría a tiempo para el cierre del aeropuerto, los familiares se negaron a abandonar el aeródromo. “Allí la atención fue nula, estábamos unas 20 o 30 personas y no nos decían nada, solo querían echarnos para poder cerrar”, explica Lozano, que asegura que, incluso, “amenazaron con llamar a la Guardia Civil y había allí un Guardia Civil joven que nos miraba sin saber muy bien que hacer”.
Cada uno tenía detrás una historia, Lozano esperaba a su hija que llegaba de vacaciones, mientras que otra de las familiares aseguraba que habían elegido esa ruta para su hija enferma porque era más corta y finalmente el viaje se le alargó hasta pasadas las cuatro de la mañana, momento en el que llegó el autocar desde Málaga. AENA asegura que no puede hacer nada ante situaciones como esta y que “las compañías saben el horario de los aeropuertos”. Indican que el de Almería cierra a las once menos cuarto de la noche y que “puede permanecer abierto media hora más ante incidencias especiales, pero no más”.
Justifican esta circunstancia ya que “los aeropuertos no pueden permanecer abiertos de forma indefinida debido a la gran cantidad de personal con el que cuentan”, que no puede estar disponible en todo momento.
Inciden, además, en que “mientras que el de Almería cierra en torno a las once de la noche, hay otros aeropuertos que cierran mucho antes, incluso a las tres de la tarde, ya que todo depende del número de aviones que tengan cada día”. De este modo, con polémica o sin ella, seguirá echando el cierre el aeropuerto de Almería pasadas las once de la noche.
Sale al paso así Aeropuertos Españoles del retraso que el pasado jueves enfrentó a trabajadores del aeródromo almeriense y a medio centenar de familiares de los viajeros del último vuelo del día, un avión de Air Nostrum procedente de Barcelona que, según explican los afectados, por solo cinco minutos de retraso con respecto a la hora de cierre del aeropuerto, fue trasladado a Málaga.
El retraso del vuelo había sido anunciado una hora antes, de forma que en lugar de a las diez y media de la noche, se preveía su llegada a las once menos cuarto. Sin embargo, el retraso fue algo mayor y, según los familiares de los viajeros que esperaban en el aeropuerto, “los controladores se fueron a las once y diez, cuando quedaban apenas cinco minutos para la llegada del avión”, lo que le obligó a continuar hasta Málaga y al traslado de los viajeros en autocar.
Esto provocó la indignación del medio centenar de familiares de los viajeros que esperaban la llegada del vuelo, que se negaron a irse hasta saber cuándo llegarían los pasajeros afectados. Una situación “de película de Berlanga”, según explica Miguel Ángel Lozano, uno de los afectados, que relata como al conocer que el vuelo no llegaría a tiempo para el cierre del aeropuerto, los familiares se negaron a abandonar el aeródromo. “Allí la atención fue nula, estábamos unas 20 o 30 personas y no nos decían nada, solo querían echarnos para poder cerrar”, explica Lozano, que asegura que, incluso, “amenazaron con llamar a la Guardia Civil y había allí un Guardia Civil joven que nos miraba sin saber muy bien que hacer”.
Cada uno tenía detrás una historia, Lozano esperaba a su hija que llegaba de vacaciones, mientras que otra de las familiares aseguraba que habían elegido esa ruta para su hija enferma porque era más corta y finalmente el viaje se le alargó hasta pasadas las cuatro de la mañana, momento en el que llegó el autocar desde Málaga. AENA asegura que no puede hacer nada ante situaciones como esta y que “las compañías saben el horario de los aeropuertos”. Indican que el de Almería cierra a las once menos cuarto de la noche y que “puede permanecer abierto media hora más ante incidencias especiales, pero no más”.
Justifican esta circunstancia ya que “los aeropuertos no pueden permanecer abiertos de forma indefinida debido a la gran cantidad de personal con el que cuentan”, que no puede estar disponible en todo momento.
Inciden, además, en que “mientras que el de Almería cierra en torno a las once de la noche, hay otros aeropuertos que cierran mucho antes, incluso a las tres de la tarde, ya que todo depende del número de aviones que tengan cada día”. De este modo, con polémica o sin ella, seguirá echando el cierre el aeropuerto de Almería pasadas las once de la noche.
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