Expo Agro sobrevive gracias a la presentación de inventos agrícolas

Al margen de debates sobre la mayor o menor asistencia de público profesional a la feria internacional de Expo Agro, clausurada este pasado viernes, hay cuando menos un argumento de peso que justifica su continuidad y permite hablar en términos de “éxito” en esta última edición. Se trata de las numerosas presentaciones de nuevos servicios y productos, que abaratan costes, aumentan la producción por metro cuadrado, permiten recolectar frutos de más calidad o más naturales. Son muchos ejemplos.

La empresa tecnológica Savia Biotech presentó el primer aparato que detecta daños internos de la berenjena, que no son visibles a simple vista. Es un equipo portátil con tecnología NIR, infrarrojos, que se puede usar en la finca antes de recolectar.

También Savia mostró un equipo que mide en la finca el grado de maduración de la sandía, sin deteriorarla (método no destructivo), para saber si tiene suficiente azúcar para ser cortada.

Por su parte la empresa pulpileña NGS, dirigida por Manola Belmonte, trajo a la feria su nuevo producto Clean Grow: un medidor para el control del cultivo en la propia finca. Esta sonda permite obtener los resultados que un laboratorio consigue en 5 días en solo 10 minutos.

Plásticos para solarización

Sotrafa presentó su línea de canaletas Revlam, capaz de corregir los problemas de óxido y duración de otros productos. Esta empresa afincada en El Ejido también dio la bienvenida a su plástico Eco para la desinfección de suelos agrícolas.

Esta lámina permite un mejor aprovechamiento de la energía solar, logrando aumentar y mantener la temperatura del suelo a 42º y logrando así una mortandad del 97% de los patógenos de suelo.

Por otro lado, Crisara, una empresa familiar de Chirivel, creada hace 16 años, dio a conocer su nueva marca Fercrisa: soluciones sin residuos para la agricultura.

“Desde fitohormonas de alto valor nutritivo hasta enmiendas orgánicas pasando por fitofortificantes frente a plagas”, señaló su propietario, Cristóbal Aránega.

‘La revolución azul’

‘La revolución azul’ es el lema de trabajo de la empresa judía, Wise Irrisystem, asentada en El Ejido. Su ingeniero Eitan Israeli ha creado y patentado un revolucionario sistema de fertirrigación.

Es capaz, a través de un sistema de sondas en la finca, de detectar en cada momento las necesidades de agua y nutrientes que necesita la planta. “Se logra un ahorro de abono del 70% y un aumento de la productividad, de entre el 15-20%”, explicó su director general, Gabriel Camhi.

En la Fundación Tecnova son numerosísimos los trabajos en I+D. Se ha diseñado un prototipo de equipo de desinfección en seco, Ingro. Ideal para berenjena, a la que le afecta el lavado y la humedad, y para pepino corto.

Tecnova investiga cómo alargar la vida útil de las hortalizas. Envasados activos (incorporan gases como CO2, oxígeno y nitrógeno), aditivos con productos naturales o atmósferas pasivas para bajar el metabolismo del producto. En IV gama Tecnova ha logrado avances en berenjena, sandía, melón o pimiento. Este último aguanta dos semanas más.