La verdadera historia de la ermita de Los Perdigones

La ermita de Los Perdigones en pie y después tras el derribo.
La ermita de Los Perdigones en pie y después tras el derribo.
Manuel León
15:00 • 25 jul. 2023

Probablemente la noticia del derribo de una pequeña ermita en una pedanía almeriense no dé la vuelta al mundo. Sin embargo, esta falta puntual de sensibilidad con el humilde patrimonio de los pueblos pequeños se contradice con el ímpetu con el que los distintos gobiernos locales y provinciales defienden en los últimos tiempos que no se pierda el arraigo con la Almería rural: de nada sirve abrir un bar en Benitagla o poner un cajero en Instinción, si no se consigue mantener en pie un pequeño símbolo como una capilla donde se casaron y bautizaron gente campesina que ya no vive -quizá alguna sí- o que se fueron a la emigración y no volvieron nunca más. El patrimonio es lo que más une a los pueblos pequeños. Está demostrado. Qué une más a los habitantes de la ciudad de Almería que, por ejemplo, las plazas donde jugaron de niños y ahora pasean de mayores. O qué une y unió más a la barriada de Los Lobos que el recuerdo recuperado durante muchos veranos de su festival de cantes mineros. 



En este caso se trata de la ermita del anejo de ese antiguo poblado minero de Los Lobos, en Cuevas del Almanzora, conocida como de Los Perdigones y consagrada a la Virgen del Carmen y San José. No estaba catalogada ni protegida por ninguna norma norma urbanística. Lo que fue un edificio de culto perteneciente a la parroquia de San Miguel de Pulpí, fue adquirida en propiedad en 1979 por el vecino Francisco González Mena, con autorización del obispo Manuel Casares Hervás, por 50.000 pesetas, cuando ya se encontraba en estado ruinoso. Había entonces creada una comisión pro-construcción del templo, pero, a tenor de esta enajenación, todo a punta a pensar que desistieron entonces de su reconstrucción. Actuaron de testigos Agustín Martínez González y Juan Rodríguez García con la firma de conformidad del párroco. Desde entonces el templo de Los Perdigones pasó a manos privadas y así ha languidecido durante 44 años sin que ningún gobierno local ni institución cultural o religiosa haya hecha nada por recuperarlo y con peligro venirse abajo. Al menos, así lo ha manifestado Francisco González Ortiz, nieto de aquel Francisco que lo adquirió en 1979. Desde esa fecha, ningún Gobierno municipal de Cuevas, ninguno de los cinco alcaldes que han sido, inició ninguna acción para recuperar esa ermita campesina. Esta es la verdadera historia de la ermita de Los Perdigones, esa que ya no existe. 









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