Hay dos pueblos del Valle del Almanzora junto a alguno del Levante que con la entrada del año
nuevo comienzan a llenar sus calles de un olor característico e
inconfundible, el olor a pan y a pólvora con motivo de una de sus
celebraciones más tradicionales y únicas en honor a sus patrones:
San Sebastián, San Ildefonso y San Antón.
Cantoria y
Olula del Río celebrarán esta semana sus días grandes donde en el
caso de los cantorianos la pólvora y las carretillas se encenderán
este martes 16 de enero en honor a San Antón, mientras los
cebolleros comenzarán con los días claves en las vísperas del 20 y
23 de enero en honor a San Sebastián y San Ildefonso respectivamente.
Donde no sólo olerá a pólvora con sus
tiradas de carretillas en la madrugada de estos días sino que
también lloverán miles de roscos de pan sobre las cabezas de los
patrones. Este año además los olulenses han apostado por recuperar
una de sus tradiciones: “las ristras de roscos”, que este año
serán premiadas en un concurso para ver qué vecino se hace con la
ristra más grande.
Lo tradicional era que las pandillas
de jóvenes se juntaran e hicieran ristras enormes de roscos, esto en
los últimos años se ha perdido un poco con las bolsas de plástico,
pero desde el Ayuntamiento se han propuesto recuperar esta
recopilación tradicional de los roscos y por eso este año se
premiará con hasta 150, 100 o 50 euros para los más habilidosos
recogiendo roscos.
El concejal de
Juventud olulense, Miguel Torregrosa, también recordó otro de los
métodos de recogida tradicionales: “el jersey gigante de lana”.
Los vecinos rellenan esta prenda de vestir de panes hasta que ya no
cabe ni un solo rosco más en el interior.
El edil recordó
que esta fecha “son los días en los que arranca el año para todos
los olulenses, son muy esperados para los vecinos, es lo que de
verdad representa a los olulenses el pan y el fuego”.
Las fiestas
arrancaron el pasado 12 de enero con la lectura del pregón en la
plaza del Ayuntamiento, que este año fue a título póstumo en
recuerdo y memoria de un olulense que vivía estas fiestas como
nadie. Francisco Cortés Cortés, conocido por sus vecinos como “El
Cortés” y que en palabras de sus hijos José Antonio, Juan José y
Jorge llevaron al recuerdo imágenes y vivencias del pasado, pero muy
presentes en estas fechas para los vecinos.
Un año más
cumpliendo con la tradición, los niños y niñas del pueblo
participaron también este sábado 13, en el tradicional taller de
amasado en la plaza de los Bancos. Una forma de mantener viva y
asegurar la cultura de los cebolleros entre los más jóvenes que
dejó una estampa inigualable en la plaza con decenas de niños
amasando y disfrutando de sus tradiciones.
Entre otras actividades cómo exposición fotográfica, exposición de murales, exhibición de pádel, o conciertos de la banda municipal o el popular concurso de redacciones en honor a San Sebastián y San Ildefonso.
Pero si algo destaca
esta semana por la llegada de sus días grandes en honor a los
patrones es la noche de carretillas donde “huele a nervios y a
pólvora”. Todo empieza con las carretillas infantiles en la tarde
del 19 de enero donde se reparte bizcocho y chocolate y los pequeños
empiezan a quemar sus carretillas.
Los vecinos empiezan a
encender sus lumbres a hacer barbacoas vecinales y en torno a las 11
de la noche el toque de queda dará comienzo a las carretillas de
adultos.
“La gente canta, el olor, es muy emocionante, es como volver todos los años a tus raíces ya lo que quieres. Es el ADN de cualquier olulense. Cuando viene gente de fuera no se creen lo que ven, es algo muy bonito y curioso de ver”, explicó Miguel Torregrosa.
El día 20, en la iglesia de San Sebastián todos los vecinos se visten con sus mejores galas para acompañar a los santos en procesión con su tradicional lluvia de roscos y roscas desde los balcones. “Ver a los Santos llegar, entre panes la gente saltando en una marabunta de ilusión el típico: ¡Señora écheme un rosco!, es algo muy nuestro”.
Tampoco faltará la barra con música, comida, "además este año cae en sábado por lo que esperamos un llenazo total, desde hace semanas casi no hay sitio para comer, está todo reservado", replicó.
El martes se repetirá todo lo vivido el 20 de enero, se celebrará la fiesta local con paella gigante después de la procesión en honor a San Ildefonso con su tirada de roscos y sus carretillas previas, una avalancha de emociones por vivir para los cebolleros en lo que dicen es: “Olula en estado puro”.
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