Imaginar como vivían las personas hace más de 4 milenios parece una
labor titánica donde podríamos llegar a elucubrar un sinfín de
diferencias en relación a como se observa el día a día actual. Sin
embargo, cuando te adentras en una casa argárica tradicional, la
sorpresa es común: “no hay mucha diferencia de lo que hoy
entendemos por un cortijo”.
Una habitación
rectangular, zócalos de piedra y techos de cañas atadas con cuerdas
de esparto. “La casa de mis abuelos se parece mucho a esta”, así
se decía entre los asistentes de una de las visitas guiadas a las
casas argáricas ubicadas en Antas.
Como bien
explicaba el guía turístico, de esta turné por la prehistoria
antusa, Juan Gabriel Ruiz, no hay certezas exactas sobre el día a
día de los argáricos pero después de los hallazgos que se han
encontrado sobre como se organizaban sus viviendas y los objetos que
encontraron en ellas “podríamos decir que los argáricos
inventaron los cortijos andaluces”, bromeaba en la visita.
Así
el municipio de Antas desde el pasado agosto organiza de forma
periódica visitas guiadas a esas tres recreaciones de “casas
argáricas”, donde su mayor peculiaridad podría ser el hecho de
que esas casas servían también de panteones familiares, ya que
cuando un familiar de la unidad fallecía se enterraba dentro de la
vivienda.
Nada más entrar a una de estas casas
prehistóricas se pueden observar algunas réplicas de esos
enterramientos, (en covacha, en cinta y en urna). En el subsuelo
entre lascas de piedra, encajados en la pared o dentro de una urna de
barro que ubicaban también en las paredes o en el suelo.
La
vida de los argáricos convivía con la muerte y aunque se desconoce
el motivo religioso o místico que les llevaba a ello la mayoría de
estos ciudadanos prehistóricos, se enterraban de cara a la Meca
junto a algunos de sus bienes más preciados entre los que era
habitual encontrar armas en los enterramientos de varones.
El
hecho de que en el mundo argárico las tumbas se ubicaran dentro delas casas es lo que ha posibilitado elaborar esa especie de plano que
muestra cómo habría sido el urbanismo de El Argar, según
ha indicado Sergio Ibarz Navarro, investigador predoctoral del
Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR, y uno de los
responsables de este estudio.
"Parece que existe
una zona en el yacimiento en la que vivirían y se
enterrarían preferentemente las personas con mayor capacidad de
acumulación de riqueza, aunque no de forma exclusiva", ha
señalado. Estos ajuares podrían mostrar la diversidad y la
desigualdad social existente ya en la Prehistoria.
Así,
El Argar, en Antas podría ser el yacimiento de referencia para
el estudio de la Edad del Bronce en la Península Ibérica ya
que cuenta con uno de los registros funerarios más abundantes de
toda la Prehistoria europea, con más de 1.000 tumbas encontradas en
las excavaciones del siglo XIX de los hermanos Siret.
Un comienzo también para que los antusos sigan descubriendo su pasado prehistórico y lo puedan poner en valor, “los niños de Antas de hoy día tienen mucha suerte de poder ver y visitar estas casas y de poder conocer todo lo que se está descubriendo, las generaciones anteriores a penas teníamos conocimiento de la importancia de este yacimiento”, explicaban los vecinos asistentes a la visita, orgullosos de ver materializada la apuesta por sacar a la luz el patrimonio histórico y cultural de la prehistoria antusa.
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