Ángel Valero es el nombre del vecino de Mojácar que fue uno de los
rehenes que pasó 37 horas secuestrado en el Banco Central de
Cataluña un 23 de mayo de 1981. Han pasado 43 años pero los que
vivieron este terrible suceso lo recuerdan como si hubiera ocurrido
ayer . Así lo aseguran dos
de los principales involucrados en el atraco más famoso de las últimas décadas (series de ficción basadas en el mismo aparte), en el
que participaron hasta once atracadores y se retuvieron a
300 personas.
El otro nombre propio es el de Arturo Hidalgo,
residente en Almería y que formó parte del equipo de Mando y
Experiencias de la unidad de élite de la Policía Nacional de
España (conocida como GEOS) que participó en este operativo policial. Preguntado acerca del famoso suceso, Hidalgo confiesa
nunca antes había conocido la versión de cómo habían vivido los hechos los rehenes, hasta
que hace a penas unas semanas conoció a Valero durante una visita a Mojácar.
Un
encuentro que llegó por un golpe del destino. Arturo recuerda
que, con motivo de organizar una jornada de convivencia entre antiguos
compañeros ya jubilados de esta unidad en la
localidad mojaquera, conoció la historia de este vecino a quien, sin
saberlo, había salvado la vida.
“Tengo
amistad con el jefe de la Policía Local de Mojácar", ha explicado Hildago antes de añadir que fue gracias a esta conversación con motivo de la organización de esa convivencia la que derivó hasta que el responsable del cuerpo mojaquero le comentó que en el municipio residía "un rehén del banco
central”. El mojaquero
implicado en este secuestro estuvo de acuerdo en reencontrarse con los
GEOS en un evento que según ambas partes “fue muy emocionante”.
Ángel se emocionó al ver a los efectivos policiales. "Con lágrimas en los ojos, nos
confesó que pensó que aquel 23 de mayo iba a morir, el sentía que
las cosas se ponían difíciles”, recuerda el exGEO.
Una historia que se
compone hoy, más de cuatro décadas después, ya que como bien
apunta Arturo “nosotros conocíamos lo que pasaba fuera pero no lo
que pasó dentro y este vecino de Mojácar estaba en una posición
clave ya que se encontraba junto al Director del Banco Central,
Alfonso Escámez”.
Valero le explicó al agente que
en el momento del atraco “oyó perfectamente los tiros, sabía que
habían disparado a los rehenes y el se preguntaba: ¿Cómo es
posible que once personas controlasen a trescientos?”. La respuesta
era que estos atracadores tenían información privilegiada. “Lo primero que hicieron fue ir a por dos vigilantes de seguridad de
paisanos armados y les quitaron las armas, subieron planta por planta
y sabían a qué sitio acudir a cada despacho. Conocían
perfectamente toda la situación del banco” coincidían ambas
partes.
En todo momento
Valero comprobó que José Juan Martínez Gómez, alias “el Rubio”
dominaba la situación. “Muchos de los que iban con él querían
echar para atrás pero el les decía lo que tenían que hacer y que
de ahí no se movía nadie”. Tras esto, explica que
cuando se oyen los disparos en la azotea del edificio, los atracadores entienden
que el asalto al Banco se está efectuando. "Automáticamente lo
que hacen es abrir las puertas y salir mezclados con los rehenes", al
más puro estilo de una producción de Netfllix (siendo claros, como si se tratase de la Casa de Papel).
Sin
embargo y por desgracia para las trescientas víctimas, este hecho
no era ficción, ni sus rehenes eran actores. El miedo y la
incertidumbre por qué pasaría con sus vidas era muy real y los
instantes en los que consiguieron ver de nuevo la luz del sol fue como un renacer para las víctimas que lograron en su totalidad salvar la vida, aunque con heridos.
Así los once atracadores se mezclan entre la multitud con la esperanza de no ser descubiertos. Algo que era totalmente "imposible", según recuerda Hidalgo como parte de la operación policial, "teníamos todo el exterior totalmente controlado, todos eran cacheados e identificados y se supo desde el primer momento quienes eran los atracadores".
Valero
recuerda que cuando salió por la puerta principal de aquel Banco, lo primero que hizo fue buscar un sitio de
protección. Junto a las inmediaciones se encontraba un quiosco de
prensa donde se tumbó para refugiarse. Como anécdota “algunos de
esos periódicos agujereados por las balas se vendieron a precio de
oro”, recordó Arturo Hidalgo.
Hoy más de 40 años
después este relato se ha recompuesto por parte de dos de los
protagonistas que compartieron sin saberlo una mismo suceso y un
mismo alivio: el de conseguir salir ilesos de aquel fatídico suceso.
Arturo, como parte del dispositivo policial a sus 68 años, lo
recuerda como si hubiera sido ayer y puede sentir ese orgullo de
haber hecho las cosas bien y también de haber conocido a uno de los
rehenes a quienes salvó la vida en aquel fatídico suceso, Ángel Valero que no olvida el miedo y el drama que vivió aquel día en primera persona y que a día de hoy aún recuerda notablemente afectado.
Aún rondan varias hipótesis sobre el móvil del suceso
Pese al transcurrir de los años, los motivos de este asalto no han sido completamente esclarecidos y
las hipótesis van desde el intento de atraco a la obtención de
documentos comprometedores en torno a los hechos sucedidos el 23F, con el intento de golpe de Estado de teniente Coronel Antonio Tejero.
Por una parte la postura oficial del Gobierno tras la resolución del asalto es que
se trataba de simples delincuentes. Sin embargo según el cabecilla de este atraco, José Juan Martínez Gómez, "el Rubio" en una entrevista realizada en 2009, afirmó que había sido
contactado por dos personas, una llamada Luis, (jefe de operaciones
encubiertas del CESID), siendo el otro el propio subdirector de
seguridad Emilio Alonso Manglano, que según el atracador le abrían contratado para
realizar el robo de unos documentos que se encontraba en el interior
del banco y que según le dijeron comprometía seriamente la
seguridad y la estabilidad del país.
Sin embargo, Mariano Bolívar, el atracador a quien 'El Rubio' daba por muerto,
desveló en 2018 que era mentira que asaltasen el banco para
buscar dichos documentos. "Esa persona es un fantástico y nos
llevó a todos a la cárcel por su afán de protagonismo",
explicó, haciendo referencia a José Juan al equipo de La Sexta como parte del programa Equipo e Investigación de dicha cadena.
Protagonistas almerienses en uno y otro bando
Casi 800 kilómetros separan la localidad almeriense del Banco Central de Barcelona. Sin embargo ambas localidades estuvieron ampliamente conectadas aquel 23 de mayo de 1981. Y es que Arturo Hidalgo y Ángel Valero no fueron los únicos almerienses que se encontraban en la sede de la entidad bancaria durante aquellas fatídicas 37 horas de secuestro.
Entre los delincuentes que provocaron el mayor atraco a un Banco de España, estaban los almerienses José Juan
Martínez Gómez "El Rubio" y Juan Quesada "El Macaco".
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