Cuatro años de cárcel: esta es la pena solicitada por el joven fallecido en Oria

La acusación responsabiliza a tres vigilantes y al coordinador del centro de menores

Acceso principal al centro de menores 'Tierras de Oria' de Almería
Acceso principal al centro de menores 'Tierras de Oria' de Almería Europa Press
Víctor Navarro
12:47 • 28 jun. 2024

El pasado julio de 2019 fallecía por un paro cardiaco en el centro de internamiento de menores infractores (CIMI) Tierras de Oria, el joven de 18 años Iliass T. El deceso se producía presuntamente tras haber sido reducido mediante una sujeción mecánica lo que habría imposibilitado su respiración. A tenor de este hecho, la acusación particular va a solicitar cuatro años de prisión para los tres vigilantes de seguridad, así como el coordinador del centro por un presunto delito de homicidio imprudente.



El abogado de la familia, Ángel Gómez San José recurriría la decisión tomada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Único de Purchena que determinaría que los hechos denunciados "no revisten carácter de delito, pudiendo ser constitutivos de delito leve".  Después de esta resolución, la representación legal del fallecido ha presentado un escrito de acusación en donde responsabiliza a los vigilantes y al coordinador del centro, ya que todos ellos eran "garantes de la vida" del joven. La Acusación entiende que durante la sujeción mecánica a la que fue sometido "podían percibir en todo momento" que estaban poniendo su vida "en peligro".



De acuerdo con el escrito de acusación, el suceso habría tenido lugar sobre las 15:00 horas en el centro de menores dependiente de la Junta de Andalucía y gestionado por la asociación GINSO. Tras haberle aplicado una sujeción mecánica a Iliass T. su rostro habría quedado colocado contra la almohada, "obstruyendo las vías respiratorias, mientras un vigilante de más de 100 kilogramos se situaba sobre él impidiendo el movimiento respiratorio". Gómez San José sostiene que el fallecimiento del joven obedece a "la dejación de conductas que debían controlar, originando un riesgo físico que produjo el resultado dañoso".



Según recoge Europapress, la acusación también apunta que tanto la medicación que tomaba el joven como la hora a la que la ingirió el día del deceso "son extremadamente relevantes" para la determinación de la aplicación del protocolo de contención "de manera correcta" ya que, según observan, la inmovilización se efectuó sin tener en cuenta estos aspectos. "Una persona con la cabeza contra la almohada y con varias personas que no vigilan que pueda respirar, unido a la situación de estrés y a la medicación encontrada en el organismo del menor, sin olvidar que la mecánica de la respiración se veía impedida por encontrase una persona corpulenta sobre él, implica, cuanto menos, la realidad de una imprudencia grave con resultado de muerte imputable a los acusados".



Aclarar cuantas ingestas de la medicación habría realizado el joven el día de su muerte es relevante para el caso. Para la Acusación, la revelación de este dato es de suma importancia ya que la medicación que se le proporcionaba a Iliass T. (Quetiapina y Trazodona) actuaría sobre el ritmo cardiaco, "siendo uno de los factores de influencia en la parada que sufrió el joven".



En base al vídeo sobre el que ha pivotado la principal evidencia de cómo se procedió a la sujeción del joven, la acusación sostiene que los cuatro acusados "actuaban directamente sobre el cuerpo" de Illias, por lo que "pudieron ver que las vías respiratorias estaban taponadas contra la almohada", lo que "impedía la mecánica respiratoria mediante el peso de uno de los vigilantes", al que citan directamente.



"No había agredido a nadie, ni había realizado ninguna actuación contra el mobiliario" sostiene el letrado familiar, quien apuntó que, momentos antes de que se le aplicara a Iliass la maniobra. "Estuvo charlando con un educador del centro sin que se produjese ningún accidente". En base a esta tesis, la acusación rechaza que existiera una "resistencia" o "forcejeo" por parte de la víctima y considera que la maniobra de contención utilizada para acostar a Iliass boca abajo era "innecesaria". 



De acuerdo con la información recogida por Europapress, la sujeción mecánica "prolongada" del menor se realizó en la zona residencial de especiales características de seguridad "por los cuatro acusados" con sujeciones textiles homologadas facultativamente, en las extremidades superiores e inferiores y en la zona abdominal, quitándole a la víctima los grilletes y quedando "inmovilizado" boca abajo "con las vías respiratorias obstruidas, así como impedida la mecánica de respiración".


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