Roquetas de Mar

¿Quién mató al doctor Piorno? “Dijo algo que puede comprometer la investigación”

Miguel, hijo del médico: “A quien ha hecho esto no le queda mucho tiempo de libertad”

El doctor Piorno era muy querido en Roquetas de Mar.
El doctor Piorno era muy querido en Roquetas de Mar. La Voz
M. R. Cárdenas
20:15 • 27 ago. 2024

En la puerta de entrada al número 70 de la calle Enrique Granados de Aguadulce aún hay restos de sangre. También un cartel de 'Se vende' colgado de una de las ventanas. En la vivienda de al lado, los vecinos que dieron el aviso al 112 de que algo había ocurrido en la casa del doctor Piorno, donde también pasaba consulta el reputado médico. Y en toda Roquetas de Mar, y en toda España, una pregunta: ¿Quién ha matado a Rafael Piorno?



La respuesta a ese interrogante se afana ahora en buscarla la Guardia Civil de Almería, que desde que se descubriera el cuerpo sin vida y con al menos tres puñaladas de Piorno, quien yacía sobre un charco de sangre y con las manos atadas detrás de la espalda con bridas de plástico, ha realizado varias inspecciones oculares en la vivienda. Por el momento, no se sabe más de lo que ya avanzó en exclusiva La Voz de Almería, ya que las diligencias se encuentran bajo secreto de sumario.



Pero los interrogantes rondan sobre el presunto asesinato del médico cubano. Más después de las palabras que su hijo Miguel, afincado en Estados Unidos, quien ha asegurado en televisión que hablaba a diario con su padre y en su último contacto pasó algo que puede ser determinante. “En la última llamada me dijo algo que puede comprometer la investigación”, ha asegurado en Mañaneros, de TVE.



Sin noticias desde el viernes



El hijo del afamado médico, quien fuera pediatra de la gran mayoría de los vecinos de Roquetas de Mar que ahora tienen entre 20 y 30 años, fue quien propició que el cuerpo de su padre pudiera se hallado después de que durante días no supiera de el. El último contacto, vía llamada telefónica, fue el pasado viernes, 23 de agosto, cuando Piorno le confesó a su hijo algo que puede ser clave en la investigación que está llevando a cabo en estos momentos la Guardia Civil.



Después de esa conversación, de la que prefiere no dar más datos, no volvió a saber nada de su padre, a pesar de que, asegura, hablaban a diario tanto por llamada como por mensaje. "El viernes por la noche le escribí un mensaje y no me contestó, pero pensé que estaría durmiendo. El sábado no contestaba ni a las llamadas ni a los mensajes y ya el domingo, desesperado, llamé a una vecina para ver si sabía algo", explica Miguel.



Y fue esa vecina, Charo, quien descubrió que algo siniestro había ocurrido tras la puerta del número 70 de Enrique Granados. Una puerta que, a pesar de la violencia que había tras traspasarla, no había sido forzada. Así, tras recibir la llamada de Miguel, la mujer, "una persona de confianza de la familia", se acercó a la vivienda contigua, donde residía Piorno, y lo primero que encontró fueron unos restos de sangre en la puerta de entrada. Restos que aún continuaban en la mañana de este martes sobre la acera.



Acto seguido fue a avisar a otros dos vecinos de esta calle, donde la mayor parte de los inmuebles son chalets que hacen de esta una zona tranquila. Estos dos vecinos, guardias civiles retirados, se acercaron hasta la puerta del médico cubano y tras comprobar que, efectivamente, había restos de sangre, avisaron de inmediato al servicio de Emergencias 112.


La escena del crimen

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron dos agentes de la Policía Local, quienes con la llave de la vivienda que poseía Charo, abrieron la misma para darse de bruces con la macabra escena de un crimen: Piorno, de 76 años, estaba ya muerto y a su alrededor un charco de sangre. La misma sangre que había en las paredes de la habitación de la vivienda donde fue enocntrado el cuerpo sin vida del médico cubano, quien, como adelantó este periódico, tenía las manos atadas por detrás de la espalda con unas bridas de plástico.


A partir de ese momento arrancó una investigación que, por ahora, no ha concluido. Aunque Miguel, el hijo del doctor asesinado en Roquetas, tiene claro que se cerrará pronto: "La Guardia Civil está haciendo un muy buen trabajo. Sé que a quien ha hecho esto le queda muy poco tiempo en libertad", apunta el hijo, quien asegura que maneja datos que pueden ser decisivos y que solo ha contado a los investigadores.


Y defiende a su padre: "No hay nadie que pudiera querer hacerle daño. Mi padre es una persona de amor, ejerció la medicina durante muchos años en Roquetas de Mar. Su casa estaba abierta para todo el mundo, era su forma de ser, su manera de ayudar, sin mirar nada, solo era su manera de dar cariño", concluye, visiblemente afectado el hijo del doctor asesinado.


Una familia enamorada de España

Y es que Piorno era muy querido en Roquetas, a donde llegó después de que Fidel Castro "le obligará a hacer la maleta". Así lo aseguraba en La Voz de Almería en 2006, en una de esas múltiples muertes que le asignaron al mandatario cubano.


Por aquel entonces, Piorno, quien además de pediatra era un afamado traumatólogo que operó al artista cubano Pablo Milanés, aseguraba: “Lo hemos visto morir tantas veces que no nos extrañaría que en cualquier momento volviese a aparecer”.


Y demostraba ya su amor por España y por la provincia de Almería, en especial por el municipio de Roquetas, donde incluso llegó a figurar en las listas del Partido Popular para las elecciones municipales, por última vez en las pasadas del 28 de mayo de 2023: "A él tengo que agradecerle mi estancia en España. Mis hijos están asentados en España y no quieren regresar a Cuba”, explicaba este cubano de padres españoles, quien afirmaba sentirse un "extranjero que añora Cuba". 


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