Un simulacro para rememorar un incendio que marcó a los vicarios

El 10 de agosto de 2004 un espectacular incendio en las instalaciones de la fábrica de embases de cartón, entonces llamada Kappa Iberoamericana Almería, S.A., destruyó prácticamente por completo la planta, situada en el polígono industrial de La Gangosa en Vícar, ardiendo alrededor de 14.000 metros cuadrados de instalaciones y arrasando casi al cien por cien tanto la maquinaria como las bobinas de papel y las planchas de cartón almacenadas en su interior.

En el momento de producirse el fuego, que afortunadamente no causó víctimas, un total de 34 empleados, de una plantilla que superaba las 120 personas, se encontraban en el recinto, sin que pudieran hacer nada por evitar la rápida propagación de las llamas. Recién cumplido el veinte aniversario de aquella catástrofe, Kappa, hoy bajo la marca Smurfit Westrock Almería, ha realizado un simulacro de incendio para reforzar la seguridad de la planta y sensibilizar y prevenir a los empleados para que un desastre de esa magnitud no vuelva a repetirse.

El alcalde, Antonio Bonilla, que ha estado presente en el ejercicio simulado, ha recordado que tras el pavoroso incendio, su implicación personal fue absoluta y gracias ello “conseguimos en un tiempo record de apenas tres meses recalificar una parcela de 50.000 metros cuadrados, situada en la Carretera del Iryda, Sector IV, La Canal-Paraje el Vizconde, donde se ubica en la actualidad, con el objetivo de que la empresa se mantuviera en nuestro municipio y garantizar así los 120 puestos de trabajo”. De esta forma, a principios de octubre de 2005 se inició la producción en la nueva planta y un mes después ya estaban todos los empleados de Kappa trabajando de nuevo en Vícar.

El simulacro realizado ayer, contó con la participación de tres vehículos del Parque de Bomberos del Consorcio del Poniente y ambulancias del 061, y durante el mismo se realizó un ejercicio simulado de un incendio en el cuerpo eléctrico de la planta con heridos. El gerente de Kappa en Almería, Miguel Hernández, recalcó la importancia de mantener activa en la empresa una cultura de la prevención y de estar preparados para cualquier eventualidad “con el objetivo principal de que no haya pérdidas humanas y garantizar una respuesta rápida ante un posible incendio, para que no se pongan en peligro las instalaciones y por tanto los puestos de trabajo”.

Para Hernández, aquella tragedia fue una experiencia de la que sacar conclusiones y que gracias al esfuerzo de todos, muy especialmente del Ayuntamiento de Vícar y de su alcalde, Antonio Bonilla, la compañía es hoy un referente internacional de las soluciones de embalajes sostenibles, dirigidas especialmente al sector agrícola almeriense.