Felipe Maldonado, 1986, es el ejidense que durante el pasado verano pedaleó 4000 km en 41 días por una buena causa. El motivo recaudar fondos para la asociación Carboneras Inclusiva, superó los 3000 euros a pesar de la fatiga física y mental, el calor y los tramos de soledad absoluta. Enfrentó solo la travesía, no llevaba coche escoba, la meta era clara 100km al día, como reto personal, como la pura superación de superar sus propios límites.
Le gusta ir siempre a la misma cafetería, sentarse en la misma mesa y esperar que le sirvan su desayuno de siempre sin tener que ordenar la comanda. “Amo la rutina”, dice Maldonado. Empezó a practicar ciclismo en 2007 cuando dejó el fútbol y es un amante de la competición de ahí el reto. Recorrió los 4 faros de la península ibérica: Cabo de Gata, San Vicente, Finisterre y Cap de Creus pedaleando. El ciclismo es su pasión, la pulsión que lo hace sentirse vivo.
Después de recaudar fondos en eventos anteriores para la fundación Menudos Corazones, el pasado verano se embarcó en el que hasta ahora es el mayor reto de su vida: una vuelta a la península ibérica, recorriendo 4,000 kilómetros en 41 días en beneficio de Carboneras Inclusiva.
¿Qué te motivó a empezar con estas iniciativas?
Verás, yo tengo salud, un trabajo que me gusta y una buena familia; tengo lo que necesito para ser feliz. Un día me levanté y pensé que, teniendo tanto, sería egoísta no tratar de ayudar a quienes no tienen la misma suerte. Así que decidí hacer algo, aunque no soy una persona muy mediática, no tengo muchos seguidores en redes sociales, colgaba fotos y vídeos para que vieran lo que hacía y recaudar más fondos.
¿Cómo lograste gestionar un proyecto tan ambicioso como recorrer 4,000 km en bicicleta en 41 días, utilizando los 4 faros como punto de referencia?
Fue complicado, claro. Necesitaba tiempo, dinero, comida y alojamiento para el viaje. Pedí ayuda a mi empresa, que pagó los alojamientos, y usé parte de mis ahorros personales. También hice un acuerdo con ellos para sacrificar mis vacaciones de 2023 y poder tomarme 40 días en 2024. Y viajé con 2 kg de portátil, que nunca utilicé en las alforjas, porque me comprometí con mis jefes a hacerme cargo de si pasaba algo.
¿Qué sentiste al realizar esta travesía? ¿Te consideras altruista por hacerlo?
A veces me siento incluso egoísta. Al final, el viaje lo viví y disfruté yo, las experiencias me las quedo yo. Aunque el objetivo es ayudar, en el fondo siento que me beneficio al hacerlo, porque gano algo de admiración de la gente. Así que sí, es altruista, pero también tiene ese toque personal.
¿Y cómo fue el proceso para recaudar los fondos durante estos 40 días?
Habilité una plataforma donde la gente podía donar a través de Bizum, transferencia o tarjeta de crédito durante los 41 días que duraba el reto. Al final se recaudaron 3.335 € para Carboneras Inclusiva que trabaja con familias que tienen a cargo miembros dependientes, como una persona mayor o alguien con cualquier tipo de discapacidad.
¿Qué se lleva en una alforja para vivir 41 días?
Pues la verdad que muy poco, ahora que me veo en casa rodeado de cosas sé que puedo vivir con casi nada. En este caso era: un par de calzoncillos, unos vaqueros, una camiseta, unas zapatillas y otro ropa de ciclismo de cambio.
¿Tuviste alguna vez dudas de si lograrías terminar?
Sí, los tres primeros días fueron muy duros. Por ejemplo en el Torcal de Antequera que tuve que seguir andando porque no podía pedalear más. También fue complicado cuando llegué a Utrera a 40 grados o al Cabo de San Vicente en Portugal, donde pensé que no podría continuar. Pero en ese momento me llamó mi amigos, Sergio quien nos ha puesto en contacto, y me dijo que me esperaba en Santiago. Tenía que dedalera 700 km hasta llegar a él y llegué. Hubo otro momento de de flaqueza desde el norte de España hasta Cataluña, entonces mi familia me esperaba en Barcelona y pude aguantar el siguiente tramo hasta volver al punto de partida Cabo de Gata.
¿Piensas en hacerte nómada digital y dejar atrás Almería?
Lo cierto es que no, viví en Madrid un par de años donde trabajé para una multinacional que había comprado un software que yo había desarrollado, este tenía una forma muy creativa de leer la fiscalidad. Allí conocí a uno de los socios de la compañía para la que ahora trabajo y me ha esponsorizado, Greenside solution. Regresé a Almería porque mi padre se encontraba mal de salud, ganaba menos, pero era suficiente porque ese dinero no podía comprar el tiempo con mi familia.
¿Cuál es el siguiente reto que tienes en mente?
Para el próximo reto pienso en pedalear sin parar hasta que el cuerpo aguante. En esta ocasión tenía cada parada planeada, solo tenía que preocuparme de llegar desde el punto de salida al siguiente pueblo donde pernoctaba. Lo que ahora planeo es pedalear sin descanso y dormir unas horas, no parar.
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