“Por la noche es espectacular”: el pueblo deshabitado de Almería que enamora

La provincia de Almería tiene decenas de pueblos en los que el fantasma de la despoblación está más que presente. Municipios que durante años tuvieron una intensa vida social en sus calles y hogares, pero que ahora sucumben ante el abandono de sus vecinos más jóvenes y en él solo se mantienen los de más avanzada edad.

Pero en la lucha contra este mal de nuestro siglo, hay municipios que van viendo la luz aunque no sea en forma de vecinos, sino de visitante. Es lo que ocurre con una pequeña localidad de la comarca de Los Filabres, que a pesar de contar en su padrón con tan solo 58 vecinos se ha convertido en un atractivo destino turístico para quienes apuestan por el turismo rural y la desconexión para sus vacaciones.

Y es que uno de los municipios en riesgo de despoblación que más visitas recibe cada año es Benitagla, un "pequeño y pintoresco" pueblo, el más pequeño en vecinos y extensión de Andalucía y que está ubicado en la comarca de Los Filabres y que, tal y como recoge el periódico Marca, ha hecho que gracias a su hospitalidad y tranquilidad muchos turistas apuesten por pasar en él sus días de descanso.

Como grandes atractivos, Benitagla presenta a los turistas unas calles en las que se puede respirar la tradición andaluza y que evocan a otras épocas en las que los árabes residieron en la zona. Y no solo eso, pues también tiene unas "noches espectaculares" en las que la visión de las estrellas es "incomparable".

De este modo, entre los reclamos turísticos con los que cuenta Benitagla destaca su arquitectura, con casas "labradas de losa y tierra, y por tejas losas de pizarra, que no han cambiado prácticamente nada desde el siglo XVI", así como su oferta de turismo activo, con grandes rutas de senderismo y distintas actividades al aire libre para que los visitantes puedan disfrutar durante su estancia de su entorno natural y un clima muy agradable. 

Un lugar ideal para que los viajeros se alejen del estrés y del ruido de las ciudades y que, año tras año, suma vida a sus calles a base de visitantes aunque en sus hogares residan algo más de medio centenar de personas.