Como si fuera el dantesco escenario de una 'snuff movie', como la que presentaba cineasta Alejandro Amenabar en su opera prima Tesis, en la planta baja de una vivienda de Mojácar un hombre de múltiples identidades había acondicionado el espacio para instalar un improvisado estudio de grabación. Una cámara enfocaba a una sábana blanca que actuaba como pantalla de fondo y otra, quizás la más macabra, apuntaba al exterior, directamente a la piscina donde en numerosos ocasiones se bañaban niños. Con una capacidad de rotar 360 grados esta cámara permitía una visión total de esta zona común de la urbanización permitiendo usuario tener acceso a cualquier rincón.
Tal y como avanzaron los investigadores Luis Rendueles y Vanessa Lozano, el hallazgo de las cámaras ocultas no fue producto de una casualidad. Mientras este complejo entramado se gestaba en la localidad del Levante, dos investigaciones paralelas, impulsadas por una orden de búsqueda y captura emitida desde Suiza, comenzaban a involucrar a la Policía Nacional. En las agendas del Grupo de Localización de Fugitivos y del Grupo VIII de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, el nombre de un pedófilo aparecía con creciente urgencia: Sven. O, mejor dicho, Sven y Carlos. Quien fue detenido en un apartamento de Mojácar en la zona de la playa de La Parata el pasado 24 de junio.
Una IP en la casa de dos ancianos
A medida que los investigadores profundizaban en el caso, la relación entre ambos nombres se volvía más clara. Carlos, de 47 años y natural de Moratalaz (Madrid), era Sven, ciudadano con nacionalidad suiza perseguido por la justicia helvecia por delitos de pornografía infantil. Al principio del año 2024, a los archivos de la Policía Nacional llegaba la dantesca ficha de Sven sobre el que se apuntaba que había practicado actos sexuales con niños y personas discapacitadas. Asimismo, este individuo estaría acusado de volcar contenido pornográfico con menores a Internet.
Las investigaciones a través de la red llevaron a los agentes hasta Moratalaz, un barrio de Madrid. En una vivienda de la zona, encontraron rastros de descargas de contenido ilícito. Al llegar al lugar, se encontraron con una pareja de ancianos, un perfil sorprendentemente atípico en un caso de delitos cibernéticos. Pronto se descubrió que los moradores de la casa eran los padres de Carlos.
Una maleta con un contenido atroz
Mientras la policía seguía su rastro en busca de Carlos, Sven se deslizaba entre las sombras de Mojácar, cuidando al máximo su apariencia para no ser identificado. Evitaba salir de su apartamento, y cuando lo hacía, se cubría con gorras y gafas, como si estos simples gestos pudieran esconder su rostro y su culpabilidad. Su suerte cambió cuando el grupo VIII de la Brigada Judicial de Madrid cruzó sus datos con el equipo de localización de fugitivos. El resultado de estas dos investigaciones confluyeron en la revelación del paradero de Carlos, alias Sven: un apartamento en la localidad de Mojácar.
En un operativo que se bautizó como Operación Vanadio, el pedófilo fue encontrado en la habitación del apartamento familiar de la playa de La Parata. Como si no fuese con él, Carlos no reaccionó a la entrada de los agentes en su domicilio. Se limitó a bajar la pantalla del ordenador que estaba utilizando en ese momento y se limitó a quedarse quieto. Tras analizar el dispositivo, los investigadores encontraron una gran contenido extremadamente explícito de abusos a menores.
Durante el registro, la Policía Nacional descubrió una habitación inquietante, repleta de elementos destinados a atraer a los niños, así como objetos que podrían ser el atrezzo de una macabra película. Entre ellos, un osito "Pedobear", un peluche asociado con la pedofilia en redes sociales, sábanas con dibujos de los Simpsons que cubrían la cama, juguetes de Pokémon y un váter infantil. Los agentes se detuvieron brevemente al encontrar una maleta que contenía chupetes, pañales, ropa interior infantil y preservativos, dejando una sensación de horror palpable en el ambiente. Más aún cuando encontraron el rudimentario estudio de grabación localizado en la planta baja del inmueble.
Los investigadores encontraron una veintena de dispositivos electrónicos y dos ordenadores llenos de material de pornografía infantil que Sven compartía en Internet. Tras su detención la autoridad judicial de Vera ordenó su ingreso en prisión, por tenencia de pornografía infantil. Sin embargo Sven salió en libertar a la espera de un juicio en España. Luego de ello podrá ser extraditado a Suiza para ser juzgados por sus crímenes en el país helvético.
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